La Isla de Margarita, en el caribe venezolano, se ha convertido en el particular refugio paradisíaco del turismo ruso. Las buenas relaciones diplomáticas entre Rusia y Venezuela han posibilitado que los turistas del país exsoviético puedan salvar las estrictas restricciones a la movilidad aérea impuestas por la comunidad internacional tras la invasión militar en Ucrania.

El medio latinoamericano Globovisión informa de que más de 21.000 viajeros rusos han visitado Venezuela desde comienzos de año. Este desembarco de turismo ruso se ha producido gracias a la operativa de vuelos directos puesta en marcha por la aerolínea chárter rusa Nordwind Airlines, que une los aeropuertos internacionales de Moscú-Sheremétievo y General en Jefe Santiago Mariño (Isla de Margarita). 

El Ministerio del Poder Popular para el Transporte comunicaba hace escasos días, a través de Twitter, la llegada de un vuelo desde Moscú con 400 turistas rusos a bordo listos para disfrutar de las “bondades” del destino caribeño venezolano.