El estado de las cosechas, los problemas de los productores y los aranceles de Estados Unidos están poniendo en jaque el suministro de cacao y café a nivel mundial, siendo especialmente alarmante en el caso del segundo, poniendo en peligro alimentos clave del desayuno en los hoteles.

Los pulsos entre Brasil — que concentra el 40% de la producción del café del planeta—y el gobierno estadounidense —que grava esta importación con un 50%— ha llevado al país carioca a reducir sus exportaciones. Según recoge El Economista, en agosto exportó 3,1 millones de sacos (de 60 kg cada uno), un 17,5% menos que el año anterior.

Las dificultades para mover el producto están llevando a un incremento de los precios, que acumulan un ascenso del 41% en lo que va de 2025, con un pico de crecimiento de julio a agosto del 50%.

Efecto dominó


Si bien se podría pensar que el problema se circunscribe a Estados Unidos, lo cierto es que se produce un efecto dominó. El país norteamericano —mayor importador mundial — se está viendo obligado a recurrir a otros países productores como Colombia o Vietnam, reduciendo la disponibilidad para el resto de los importadores.

No obstante, escasez será temporal, ya que analistas de entidades como el banco neerlandés Rabobank prevén “un gran superávit mundial” de café para la campaña 2026/27 y, por tanto, una caída de los precios.