La aviación europea mira con preocupación hacia Islandia, donde una nueva erupción volcánica de gran intensidad es inminente. Los alrededores del volcán Fagradalsfjall, en la península de Reykjanes, están viviendo una importante fase de actividad sísmica que hace a los expertos temer una nueva erupción.

Tanto es así que, según recoge BBC, las autoridades islandesas ya han declarado el estado de emergencia, puesto que la Oficina Meteorológica de Islandia (OMI) prevé que una erupción podría comenzar en cualquier momento durante los próximos días.

Estas noticias ponen en guardia a la industria europea de aviación, que no olvida lo ocurrido en 2010, cuando el Eyjafjallajökull provocó el cierre del espacio aéreo de gran parte del norte del continente durante cerca de 15 días, afectando a más de 10 millones de pasajeros.

La ceniza volcánica supone todo un peligro para la operativa aérea no solo por la baja visibilidad, sino porque “existe la posibilidad de una afección mecánica sobre los motores”, tal como explicó a Tourinews el controlador aéreo Fernando Marián. Los volcanes generan una columna de humo que sube muy alto: “Se crea un volumen brutal de sustancias sólidas como cenizas o piroclastos. Es un cañón que manda todas estas sustancias a la altura a la que vuelan los aviones”. Además, la temperatura de estas partículas es alta, son muy compactas y mantienen por mucho tiempo el calor.

Un volcán que ya había saltado a la prensa internacional


Lo cierto es que el Fagradalsfjall ya había atraído los focos mediáticos por otros motivos, y es que la actitud imprudente de muchos turistas interesados en este fenómeno se ha saldado en anteriores ocasiones con heridas leves e intoxicaciones.