De nuevo un volcán islandés amenaza con poner patas arriba la aviación europea, aunque en esta ocasión no se trata del del Eyjafjallajökull,  que en 2010 provocó el cierre del espacio aéreo de gran parte del norte de Europa durante cerca de 15 días, afectando a más de 10 millones de pasajeros.

Todas las miradas están puestas en el Thorbjörn, ubicado en la península de Reykjanes que está registrando una actividad sísmica inusual, tal y como recoge el diario islandés Kjarninn. Los terremotos registrados en los últimos días en la zona, así como las altas mediciones de mercurio halladas por la Oficina Meteorológica de Islandia y el Instituto de Geociencias. Aunque lo cierto es que los científicos no han podido concluir si hay otras causas que expliquen dicha actividad. La última erupción en el área tuvo lugar en el siglo XIII.

Por el momento se ha decretado el estado de incertidumbre y se ha declarado el código amarillo para los vuelos que avisa de que un volcán muestra signos de actividad que sobrepasa las condiciones habituales. El mundo aeronáutico no es ajeno al impacto que la ceniza en suspensión y el humo puede tener en sus actividades. De hecho, recientemente han sido varios los volcanes que han generado auténticos caos en el aire.

Recientemente, Fernando Marián, controlador aéreo en el Centro de Control Aéreo de ENAIRE en Canarias, explicó a Tourinews que pese a que la baja visibilidad es común tanto en el caso de los incendios forestales como en el de los volcanes, estos últimos son más peligrosos porque “existe la posibilidad de una afección mecánica sobre los motores”. Apunta a que en el caso de los incendios, el ascenso de polvo y cenizas es pasivo y las humaredas están más localizadas, mientras que los volcanes generan una columna de humo que sube muy alto: “Se crea un volumen brutal de sustancias sólidas como cenizas o piroclastos. Es un cañón que manda todas estas sustancias a la altura a la que vuelan los aviones”. Además, la temperatura de estas partículas es más alta, son más compactas y mantienen por más tiempo el calor.