La estación de Ischgl (en el Tirol, Austria)  se convirtió en el epicentro del coronavirus de Europa y es que hasta 4.500 casos de contagio están relacionados con esta estación de esquí.

Según informa ABC, Los afectados, residentes en países como Austria, Alemania, Noruega, Dinamarca e Islandia, han decidido unirse para presentar una demanda colectiva contra las autoridades del Tirol, a las que acusan de negligencia por haber ocultado los primeros casos de infección para con el fin de evitar dañar su industria turística.

“Debieron cerrar la estación en cuanto hubo casos confirmados, pero no lo hicieron por temor a echar a perder la temporada de invierno”, esgrime Peter Kolba, presidente de la Asociación de Protección al Consumidor de Austria (VSV) y responsable de iniciar una plataforma online para congregar a todos los afectados.

Tras realizarse una investigación por las autoridades austríacas, la VSV se ha puesto a la cabeza de la lucha y ha presentado ante la Fiscalía denuncias contra el gobernador del Tirol, Günther Platter; el alcalde de Ischgl, Werner Kurz; y otras autoridades locales. “Tenemos pruebas de que ya conocían que había casos diagnosticados y hubo informaciones de prensa y editoriales que recomendaban el cierre inmediato, pero prefirieron esperar por intereses económicos y políticos”, incide Kolba que exige que asuman su responsabilidad y confía en la viabilidad de su demanda.

Las informaciones apuntan que un barman alemán en el pub Kitzloch enfermó con síntomas de coronavirus a finales de febrero, mientras que los turistas siguieron llegando a la estación de esquí. Así, a principios de marzo, turistas de Escandinavia, Alemania y otras partes de Austria comenzaron a dar positivo con un vínculo en común: habían estado en Ischgl.