El pasado jueves 11 de julio, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anunció la anulación del decreto por el que se aplica un impuesto a las bebidas azucaradas envasadas, aprobado por la Generalitat de Cataluña el 28 de marzo de 2017 y que entró en vigor el 1 de mayo de ese mismo año.

Según informa El País, el tribunal ha admitido el recurso contencioso administrativo presentado por diversas asociaciones de la distribución, el comercio y la alimentación como la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces), la Asociación Española de Distribuidores de Autoservicios y Supermercados (Asedas), la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (Fiab), la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc), la Asociación Empresarial de Marcas de Restauración y la Asociación Promarca. Este demanda alegaba la “falta de justificación y precipitación” en la aplicación de esta tasa.

La resolución del TSJC ha admitido el recurso aseverando que es “evidente” que se prescindió de los trámites de consulta, audiencia e información pública previos a la puesta en marcha de este impuesto.

Sin embargo, desde la Generalitat insisten en que seguirán recaudando el tributo. El vicepresidente autonómico, Pere Aragonès, incide en que la sentencia, que es recurrible, sólo anula el decreto, pero no la ley que rige el impuesto.

Un impuesto que genera millones

Lo cierto es que este tributo, creado para desincentivar el consumo de azúcar, supone una interesante fuente de ingresos para el gobierno catalán: entre mayo y diciembre de 2017 la recaudó 22,7 millones de euros, y 41,9 millones en 2018.

Y es que grava las bebidas con cantidades de azúcar entre 5 y 8 gramos por cada 100 mililitros con 0,08 céntimos por litro o 0,12 en el caso de las que tienen más azúcar.

El sector turístico y las actividades relacionadas se encuentran entre los más afectados por este impuesto, ya que tanto hoteles como restaurantes y bares han tenido que asumir dicha tasa o repercutirla incrementando el precio de cara a los clientes.