Por desconocimiento o incivismo algunos ciudadanos y turistas no están respetando el Estado de Alarma, segundo en la historia de la democracia española, por ello, el Gobierno está desplegando todas sus herramientas, entre ellas el Ejército, para garantizar el respeto de las medidas decretadas para frenar la propagación del Covid-19.

Según informa La Vanguardia, el Ministerio de Defensa ha desplegado a la Unidad Militar de Emergencia (UME) en siete ciudades españolas donde ya tiene contingentes desplegados: Madrid, Valencia, Sevilla, Zaragoza, León, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

El objetivo es que los 350 efectivos desplegados realicen reconocimientos en las zonas de estas urbes donde hay un mayor riesgo de propagación del virus. Deberán identificar y dimensionar las necesidades y los problemas que vayan encontrando.

En Madrid, por ejemplo, se han concentrado en los alrededores de las estaciones de tren de Atocha y Chamartín, también en ciudades del cinturón metropolitano como Móstoles, Alcorcón, Torrejón Fuenlabrada y Leganés.

La presencia de militares puede actuar como elemento disuasorio para los ciudadanos, ya que en algunos enclaves de la geografía española ya se han registrado casos en los que no se está respetando la cuarentena. Asimismo, las Fuerzas de Seguridad del Estado pueden imponer multas de entre 601 y 30.000 euros a aquellos que "desobedezcan o se resistan a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones”. Asimismo,  las personas que "se resistan o desobedezcan gravemente a la autoridad o sus agentes en el ejercicio de sus funciones, o al personal de seguridad privada" se enfrentan a penas de prisión de 3 meses a un año o de 6 a 18 meses de multa.

Mención aparte merece lo ocurrido en Benidorm (Alicante) este fin de semana, donde numerosos turistas extranjeros, la mayoría en estado de embriaguez, han protagonizado enfrentamientos contra la policía. Cuando los agentes de la autoridad pretendían hacer cumplir el decreto de la Generalitat Valenciana que ordenaba el cierre de bares, cerca de 200 turistas formaron tumultos negándose a abandonar sus actividades de ocio.