Cataluña sufre una grave sequía que afecta, sobre todo, a Barcelona y su área metropolitana. Esta situación ha llevado a la Generalitat a anunciar un plan de emergencia que, en caso de no producirse las suficientes lluvias durante el mes de enero, establecería duras restricciones que, entre otros, afectarían a infraestructuras e instalaciones con un elevado consumo de agua, como es el caso de los hoteles y complejos turísticos en general.

En declaraciones recogidas por Cadena SER, el conseller de Acción Climática, David Mascort, ha anunciado que de no darse los mencionados condicionantes pluviales, se establecerá una moratoria que paralizará las licencias para nuevos hoteles o instalaciones ganaderas e industriales. Mascort ha señalado que estas decisiones no son fáciles de tomar porque repercuten en las actividades económicas, en la vida de las personas y en los ríos, pero “la situación, evidentemente, es muy grave y complicada”. “Cada vez tenemos menos agua en los embalses y se trata de guardar tanta como sea posible”, ha añadido.

Este anuncio llega justo tras desbloquearse en la Ciudad Condal la moratoria hotelera decretada por el Ayuntamiento para los establecimientos en las zonas más pensionadas de su centro histórico. Por lo tanto, la lucha ganada por los hoteleros barceloneses podría verse truncada por la escasez de lluvias.