Con el verano en ciernes, en la ciudad de Barcelona se espera la llegada de millones de turistas y, de nuevo, se abre el debate sobre la masificación.

Desde el distrito de Ciutat Vella —que engloba algunos de los enclaves que más visitantes atraen, como los barrios del Gótico, el Raval, la Ribera y la Barceloneta— se están estudiando nuevos límites a la actividad turística que podrían entrar en vigor este mismo verano. En declaraciones a Betevé, Jordi Rabassa, regidor de Ciutat Vella en el Ayuntamiento de Barcelona, reveló que quieren prohibir el uso de megáfonos por parte de los guías turísticos y limitar el número de personas que componen cada grupo guiado.

Rabassa explicó que ya se han mantenido reuniones con las asociaciones de guías turísticos que han manifestado su voluntad de colaborar para evitar las aglomeraciones con tal de que su actividad “no invada la vida comunitaria”.

El regidor admite que están estudiando con sus servicios jurídicos cómo proceder, ya que hay dos grandes desafíos a los que tendrá que hacer frente: crear normativa para un sector cuyas competencias corresponden “de forma exclusiva a la Generalitat” y acceder a los guías que trabajan de forma ilegal fuera de los circuitos oficiales.