Laura Cameron, principal investigada en el caso de reclamaciones falsas por intoxicación alimentaria a hoteles de Mallorca, negó ante el magistrado del juzgado número 2 de Palma haber convencido a turistas británicos de fingir una enfermedad estomacal, responsabilizar a los hoteles por ello y exigirles, a posteriori, una indemnización.

Según recoge El País, el pasado septiembre, Cameron y las otras seis personas investigadas fueron acusadas de idear un entramado para estafar a múltiples cadenas hoteleras. La Guardia Civil cifra la estafa en 60 millones de euros desde 2014.

Sin embargo, Cameron, acusada de un delito de estafa continuada, ha admitido que recopilaba los nombres y números telefónicos de los visitantes ingleses para luego venderlos a tres sociedades especialistas en marketing y reclamaciones de Reino Unido. Con esta práctica llegó a ganar cerca de 5.600 euros por cada mil nombres y números telefónicos recopilados.

Cabe recordar que una vez recopilados estos datos, las 'claim farmers' o empresas especializadas en reclamaciones captaban a turistas para presentar reclamaciones falsas y lucrarse a costa de los hoteles. Para ello, se aprovechaban de que hasta ahora la justicia británica solicitaba escasas pruebas sobre la supuesta dolencia estomacal y de que los touroperadores preferían pagar las indenminaciones para evitar asumir los costes elevados de los pleitos. Indemnización que posteriormente repercutían a los hoteles.  

Al respecto, Reino Unido ha tomado diferentes medidas como abaratar las costas del proceso judicial para los touroperadores. También, tal y como anunciaba recientemente la asociación de viajes ABTA, el Ministerio de Justicia británico ha prohibido a los bufetes cobrar honorarios altos por demandas por enfermedad en el extranjero.