El Gobierno de Reino Unido ha estrechado el cerco para impedir que proliferen las reclamaciones falsas a hoteles por haber contraído enfermedades durante las vacaciones. No sólo marcará la cantidad máxima que se puede reclamar, sino que también han limitado los honorarios de los abogados de los denunciantes.

Ahora, según anuncia TTG, las ‘claim farmers’ o empresas especializadas en cazar reclamaciones están buscando una nueva víctima para mantener su nivel de ingresos. En concreto han puesto sus ojos en las aerolíneas, tal y como argumentaron Graham Pickett, lead Partner de viajes y aviación en Deloitte.

El especialista cree que la normativa europea de compensación de vuelos EU261 podría convertirse en la salvación de los abogados británicos. Se estima que sólo en Reino Unido las aerolíneas pagan 209 millones de dólares al año en compensación por retrasos y cancelaciones.