Los navegantes están evitando las aguas de Ibiza debido al alto coste que tienen los amarres en la isla blanca. Así lo afirma Ramón Díaz, presidente de la Asociación de Náutica de la Pimeef y fundador de Náutica Viamar.

Según recoge el diario Última Hora, en Ibiza cuesta un amarre anual para una embarcación de 6 metros aproximadamente 5.500 euros, mientras que uno de las mismas características en la península estaría entre los 350 y 400.

Díaz considera que “la política que lleva Autoritat Portuària es recaudar lo máximo posible de las concesionarias y esto hace que se repercuta en el precio del amarre”. “Si no hay un cambio de tendencia en los precios, lo vamos a sufrir”, recalca. Y es que cree que estos altos costes impiden que los ciudadanos con un menor poder adquisitivo puedan introducirse a la náutica.

Denuncia que la mayoría de embarcaciones vendidas en la isla blanca en los últimos años han ido a parar a empresas profesionales dedicadas al alquiler que sí que pueden asumir ese gasto. “Las embarcaciones no son el problema porque hoy, por 200 euros al mes, puedes disponer de un barco nuevo, financiado. El problema es dónde ponerlo”, insiste el presidente de la Asociación de Náutica de la Pimeef.

En Ibiza hay actualmente 2.900 amarres, algo considerado un problema por las empresas náuticas: “No hay dónde poner los barcos. Hay un cuello de botella producido porque hace más de 35 años no ha habido ampliación de puntos de amarre y el sector está pasando por unos años, sobre todo de venta, con alguna dificultad”.

Ramón Díaz también apunta a que el decreto de protección de la posidonia también ha ahuyentado a los visitantes porque ha creado inseguridad jurídica: “En 2017, atendimos a 218 pasantes, gente que viene de la Península y que tiene problemas técnicos y nos requiere; el año pasado fueron solo 30 o 40. La gente ya no quiere venir a Balears porque se ha creado una inseguridad jurídica muy grande”.