La escalada de tensión laboral dentro de Ryanair no dejan de crecer. La aerolínea ha echado más leña al fuego de las disputas que mantiene con los pilotos irlandeses, los sindicatos españoles y los tripulantes de cabina de Bélgica, España, Italia y Portugal.

Y es que, según informa Expansión, la empresa ha despedido a cuatro tripulantes de cabina (TCP) por negarse a volar tras haber superado el número máximo de horas de vuelo permitidas por ley.

El pasado 8 de julio, estos trabajadores con base en Mallorca, debían operar cuatro vuelos de ida y vuelta entre Palma y Madrid más un enlace con un vuelo hacia Colonia (Alemania) con vuelta definitiva a la isla mallorquina. Unas operaciones que sumaban un total de 12 horas que podían extenderse hasta 15.

Ante la cantidad de horas, los empleados alertaron al comandante de que estaban al límite de facultades psicofísicas. Ante esta situación, desde Ryanair decidieron que dormirían en un hotel de Colonia y desde allí tendrían que ir a la sede de la línea aérea en Dublín (Irlanda) para afrontar un proceso disciplinario que se celebró el pasado viernes. Tal y como denuncia el sindicato Sitcpla, a los TCP se les ha comunicado su despido.

La ‘low cost’ irlandesa ha utilizado esta situación para lanzar un comunicado al resto de la plantilla, aseverando que “se abordará con procedimientos disciplinarios que pueden llegar al despido” a aquellos trabajadores que se nieguen a volar. "Las necesidades de nuestros clientes y su conveniencia es nuestra prioridad y ni permitiremos que sus planes de viaje se vean afectados porque un pequeño número de tripulantes de cabina se nieguen a operar los vuelos", esgrimen en la carta interna.

En ese mismo documento enfatizan que “el personal de cabina no tiene capacidad de decidir qué vuelos no van a operar" y que es “inaceptable” que los empleados no cumplan con su obligación, provocando "retrasos y cancelaciones de vuelos". Asimismo, añaden que "la cuestión de la fatiga surge muy poco y no ha sido un factor en ningún incidente reciente".

La carta concluye incidiendo en que los clientes son la prioridad: “Hay un pequeño número de tripulantes que piensan que su confort y conveniencia están por encima de la de nuestros pasajeros. Nuestros pasajeros y su conveniencia siempre van primero”.