La caída del gasto turístico este verano en Mallorca ha golpeado de lleno a los restaurantes más dependientes del visitante extranjero, mientras que los negocios más dirigidos a la clientela local sortean con mayor facilidad el desplome del consumo. En destinos como Sóller, Colònia de Sant Jordi o Portocolom, eminentemente turísticos, el contraste es evidente: los locales que trabajan todo el año y cuidan al público residente mantienen su actividad, frente a los que viven casi en exclusiva del turista.
En Sóller, uno de los epicentros de la masificación estival, los bares de primera línea de la zona del puerto han notado la reducción de ingresos, pese a las multitudes. Sin embargo, establecimientos como Ca’n Lluís, abierto todo el año y frecuentado por vecinos, han resistido sin apenas cambios. “Vivimos de la gente local. Los turistas vienen y van, pero los mallorquines no fallan”, resume uno de sus camareros, Alberto Salvà.
El fenómeno se repite en la Colònia de Sant Jordi, donde el histórico D2, especializado en hamburguesas y perritos, sigue siendo un punto de encuentro para familias mallorquinas. Rodeado de negocios orientados al extranjero, el local se llena incluso en invierno con clientes que acuden desde pueblos cercanos. “Llevamos más de 40 años con la misma esencia, y nuestros clientes siguen siendo los de siempre”, señala en declaraciones a Diario de Mallorca, Cipri González, uno de los trabajadores.
También en Portocolom, donde abundan los bares turísticos, los pocos que han apostado por el público residente notan menos el golpe. En Sa Cova dets Ases, por ejemplo, la bajada de consumo extranjero se percibe, pero no amenaza la viabilidad del negocio. “Somos un bar de pueblo. La clientela local nos protege de estas caídas”, apunta el camarero Jaume Obrador.
El sector admite que los últimos años, marcados por cifras récord de visitantes, han generado expectativas difíciles de sostener. Ahora, la dependencia excesiva del turismo revela la fragilidad de algunos negocios, mientras que otros encuentran en el cliente local su principal escudo frente a las oscilaciones del mercado.





