La aerolínea Alitalia sigue sin encontrar una solución viable para su futuro, esto ha provocado que el gobierno transalpino haya tenido que aprobar un nuevo préstamo de 400 millones de euros para mantener la operativa de un negocio considerado esencial para el país.

Esta supone ya la octava prórroga que otorga el ejecutivo italiano a una aerolínea que lleva al borde de la quiebra desde mayo de 2017. En esa fecha la empresa fue puesta en administración especial y se le concedieron 900 millones de euros con el objetivo de que la compañía ferroviaria nacional Ferrovie dello Stato (FS) se alíe con el grupo de infraestructura Atlantia y la aerolínea estadounidense Delta Air Lines para integrar un consorcio con el fin de rescatar la línea aérea.

Sin embargo, tras más de un año FS no ha sido capaz de convencer al resto de compradores, lo que ha llevado al Gobierno de Italia a sumar otros 400 millones de euros, tal y como informa Il Messaggero. Esta nueva inversión pone en una situación complicada a Roma ya que contraviene las normas de ayudas estatales a aerolíneas establecidas por la Unión Europea. Y es que se estima que Alitalia ya ha supuesto un coste de cerca de 9.000 millones de euros de los contribuyentes italianos.

Pese a que la aerolínea de bandera no obtiene beneficios desde 2002, es clave para el Estado porque su liquidación supondría la desaparición de 11.600 empleos y podría dejar a algunas regiones del país totalmente desconectadas.

Los planes de reducción de costes implementados desde mayo de 2017, los administradores nombrados por el estado no han conseguido que la compañía deje de perder dinero, hasta el punto que se prevé que a finales de este año vuelva a quedarse sin recursos.

La solución: partir en tres Alitalia

Desde las instituciones transalpinas empiezan a dar por hecho que "ya no existe" la opción FS-Atlantia y Delta, mientras que el grupo aéreo alemán Lufthansa, que ha mostrado su interés en participar en el rescate de la compañía transalpina, ha postergado su inversión que hace unos meses parecía inminente.

Es por ello que se están planteando una solución drástica: la división de Alitalia en tres compañías diferentes para atraer nuevos inversores. Así surgirían la sección de aviación (6.500 empleados, incluidos los pilotos y los auxiliares de vuelo), la división de servicios en tierra (3.000 trabajadores) y la de mantenimiento (2.000). Esta partición de la empresa podría suponer la eliminación de hasta 5.000 puestos de trabajo.

También se especula con que la división de aviación resultante podría ser absorbida por Lufthansa operando como aerolínea regional.