American Airlines estudia compartir con sus empleados la compensación económica que espera recibir por parte de Boeing, por la paralización del polémico 737MAX desde el pasado mes de marzo, como consecuencia de los accidentes mortales de Indonesia y Etiopía, que ha dejado grandes pérdidas en varias aerolíneas.

Según ha informado CNBC, un portavoz de la aerolínea manifestó que las conversaciones entre American Airlines y Boeing siguen en curso. Por el momento, el fabricante estadounidense ya ha llegado a acuerdos con algunos de sus clientes, como son Icelandair, Southwest Airlines y Turkish Airlines. El importe de estas compensaciones no ha trascendido, excepto en el caso de la compañía turca que, de acuerdo con el diario Hürriyet, recibió 225 millones de dólares estadounidenses.

American Airlines, por su parte, contaba con 24 B737 MAX en el momento de la inmovilización de la flota, una cifra que esperaba duplicar este año. La aerolínea vaticinó, el pasado octubre, que la crisis del B737 MAX tendrá un impacto de 540 millones de dólares en sus ingresos antes de impuestos, en 2019. La compañía decidió retirar estos aviones de sus horarios hasta el próximo abril.

El caso de Southwest Airlines y Ryanair

Southwest Airlines manifestó que la puesta en tierra de estos aviones le había costado 435 millones de dólares y, aunque no desveló los términos de su bonificación, anunció que compartiría 125 millones de dólares con sus empleados.

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Mientras, tal y como reseña fvw, el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, aseveró que no hablaría con Boeing sobre una compensación hasta recibir su pedido de aviones. La 'low-cost' solicitó 58 aparatos, "luego bajó a 30, luego a 20, luego a 10 y finalmente, tal vez, solo a cinco". "Y puede ser que no consigamos los primeros jets haste octubre de 2020", reparó O'Leary. 

La aerolínea irlandesa espera transportar menos pasajeros el verano que viene, debido a esta crisis. Por el momento, sus resultados no se han visto lastrados, ya que desplazó 152,4 millones de viajeros el año pasado, lo que son un 9% más que en 2018. 

Cabe destacar que el pasado noviembre, el fabricante estadounidense decidió frenar la producción de este modelo de avión. Al mismo tiempo, la crisis del 737MAX le costó el puesto al CEO de la Boeing, Dennis Muilenburg, quien fue sustituido por David L. Calhoun, actual presidente de la compañía, y ha dejado un agujero de 8.000 millones de euros (cifra que podría ascender) en el gigante aeroespacial.