El Bundestag, Cámara Baja del Parlamento Alemán, ha aprobado hoy 15 de noviembre el Programa de Protección del Clima 2030 propuesto por el Gobierno Federal de Alemania. La aprobación de dicho paquete de medidas tiene un impacto directo sobre la industria turística y es que supone un incremento del 76% en las tasas aéreas para los vuelos domésticos y dentro de la UE, y de un 43% para los de largo radio.

Las protestas de la industria turística han sido desoídas y a partir del 1 de abril de 2020 se comenzará a aplicar este sobrecargo en el precio de los billetes de avión. El Ministerio de Finanzas estima que el incremento será de 5,65 a 13,03 euros por billete en los viajes cortos y de 9,96 a 33,01 euros para los de hasta 6.000 kilómetros y de más distancia, el aumento será de 18€. Teniendo en cuenta estos cálculos, esperan unos ingresos de 740 millones al año.

Según informa FVW, aún se desconoce si dicho recargo tendrá un fuerte impacto en el precio de los billetes, ya que las aerolíneas se encuentran inmensas en una fuerte batalla de precios que puede llevarles a asumir el sobrecoste de la tasa.

Desde la asociación de agencias de viajes alemana Deutscher ReiseVerband (DRV) y la Asociación Federal de la Industria de Aviación (BDL) se han mostrado beligerantes contra este aumento de las tasas aéreas y, tras su aprobación, se han mostrado especialmente críticos.

Matthias von Randow, director gerente de BDL ha afirmado tras la votación del Bundestag que “el aumento drástico del impuesto a la aviación aplicado por Alemania de forma unilateral es el camino completamente equivocado para la protección del clima". Incide en que la medida no busca reducir las emisiones de CO2 en la aviación, puesto que las aerolíneas se verán privadas de fondos para futuras inversiones en flotas de bajas emisiones, así como en la utilización de combustibles alternativos.

Von Randow argumenta que desde que se comenzó a aplicar una tasa medioambiental en los billetes de avión en 2011, se ha demostrado que este instrumento no contribuye a la protección del clima.

Ralph Beisel, director general de la asociación de Aeropuertos ADV también se ha mostrado contraria aseverando que con el incremento “no se reducirán los vuelos, sino que se trasladarán a otros aeropuertos de Europa".