Un tribunal internacional ha concluido que la construcción del Tren Maya incurrió en los delitos de ecocidio y etnocidio, al afectar tanto a la biodiversidad como a las comunidades originarias mayas. Concretamente, ha sido el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, que ha sentenciado que el megaproyecto ha causado daños “graves, permanentes e irreversibles” a los ecosistemas del sureste mexicano.
La resolución responsabiliza directamente al Gobierno Federal de México por violar los derechos de la naturaleza y los derechos colectivos del pueblo maya. El Tribunal sostiene que la construcción y operación del tren se llevaron a cabo sin garantizar la protección ambiental ni el consentimiento libre e informado de las comunidades afectadas.
Durante 2025, el Tribunal realizó inspecciones en los tramos 5, 6 y 7 del proyecto, donde constató deforestación masiva, fragmentación del territorio, alteración de los flujos de agua y pérdida de hábitats de especies protegidas. También documentó impactos sociales, como el despojo de tierras y la disrupción cultural de las comunidades locales.
El fallo advierte que la expansión del turismo masivo y del transporte de carga asociado al tren podría acentuar los daños ambientales y sociales. Por ello, insta al Estado mexicano a asumir su responsabilidad, reparar los daños ocasionados y adoptar medidas urgentes para salvaguardar los ecosistemas y los derechos de los pueblos mayas.
De acuerdo con la información de Jorge Castro, el pronunciamiento llega poco después de que la Secretaría de Medio Ambiente autorizara el desmonte de más de 259’5 hectáreas de selva para la construcción de la Terminal Multimodal Cancún, que afectará a una docena de especies protegidas. El Tribunal llama a frenar la expansión del Tren Maya y a replantear el proyecto bajo criterios de justicia ecológica y cultural.