¿Pueden convertirse los resorts de lujo de Punta Cana (República Dominicana) en el escondite perfecto para delincuentes europeos? Eso fue lo que debió pensar Javier Segura, uno de los narcotraficantes más buscados de Cataluña (España), cuando decidió huir al país caribeño tras la condena dictada por el Tribunal Supremo por robar 200 kilogramos de cocaína de un contenedor en el puerto de Barcelona en 2005.

“Eligió República Dominicana porque sabía que desde allí era muy difícil que lo devolvieran”, ha explicado el subinspector Jonathan Herrera, jefe de patrimonio de los Mossos d’Esquadra. Esto es así porque, a pesar de contar con tratado de extradición entre el país caribeño y España, el proceso es largo y requiere mucha burocracia, ya que debe pasar por varias instancias: el Cuerpo Nacional de Policía, la Fiscalía, la Audiencia de Barcelona y, finalmente, el Ministerio de Justicia. 

De hecho, uno de los cómplices de Segura en el robo del alijo de cocaína, Daniel Ribelles ‘El Bolo’, ya había confesado en un juicio años atrás el paradero del prófugo: “No busque más, lo tiene usted en República Dominicana”. No obstante, no fue hasta 2021 cuando la policía dominicana pudo confirmar que era el propio Segura el que conducía un Maserati, con el que iba a recoger a su hijo, de 14 años, al aeropuerto —cuyas visitas recurrentes al país caribeño también sirvieron de pista—.

Ya en abril de 2022, en una nueva visita del menor, la policía pudo seguir al Maserati hasta un resort de lujo en Playa Bávaro, una zona muy turística de Punta Cana. Los agentes creen que Segura ha podido pasar allí los últimos 7 años, donde además poseía junto a su hermano tres apartamentos en el complejo de Cocotal Golf and Country Club.

Una vez detenido, el largo y complicado proceso de extradición daba comienzo. Según explica el responsable de fugitivos al diario El País, la experiencia previa no era buena y que en los 5 años que él lleva en el cargo Segura es el primero que consigue detener y extraditar. Hoy, gracias a la colaboración entre ambos países, el narcotraficante cumple una condena de 12 años y medio en el centro penitenciario de Aranjuez (Madrid).