La Red Costarricense de Turismo Accesible ha lanzado la campaña “Dona Tapa” un proyecto que pretende convertir a Costa Rica en el primer país de Centroamérica con playas accesibles.

El programa propone la reutilización de tapas y envases de plástico para la construcción de rampas que permitan a las personas con movilidad reducida (PMR) y en silla de ruedas acceder a los arenales.

Para la elaboración de estas pasarelas retráctiles se necesitan aproximadamente 26 kilogramos de plástico procesado por metro cuadrado. Cada estructura tendrá un largo de entre diez y 14 metros, por lo tanto solamente una estructura necesitará al menos 260 kilogramos de material. Al ser retráctiles, las pasarelas se podrán guardar en rollos por la noche y se instalarán cada mañana.

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“Las pasarelas se quitan y se ponen por cuestión de legislación y de marea. La ley no permite estructuras fijas en la playa, y lo segundo es que dependiendo de la marea alta o baja se tiene que colocar la rampa para llegar a la playa”, explica Stephanie Sheehy, directora ejecutiva de la Red Costarricense de Turismo Accesible.

Una tarea pendiente

Según explican desde la Oficina de Turismo de Costa Rica, son pocas las playas del país que cuentan con este tipo de pasarelas que facilitan el acceso a las PMR. Por el momento, solo las playas de Matapalo y Punta el Madero, en Guanacaste; y las playas Blanca y Playita, en el Pacífico Medio, cuentan con rampas o alfombras especiales para que las personas en silla de ruedas puedan acceder. Por su parte, Playa Manuel Antonio (del Parque Nacional del mismo nombre) cuenta con un sendero universal de accesibilidad.