Roma aprobará una normativa destinada a reducir el turismo masivo que afectará a los autobuses que realizan rutas turísticas por la ciudad. Esta medida, que entrará en vigor el próximo 1 de enero, ha hecho saltar las alarmas de algunos touroperadores que temen que el sector se vea afectado.

Según ha informado Skift, el reglamento limitará el número de autobuses que pueden desplazarse hasta el centro de la urbe, así como los lugares a visitar. El departamento de transporte de la ciudad, Roma Mobilità, ha establecido tres zonas donde los autobuses cuentan con diferentes restricciones horarias.

En este sentido, estos autobuses no podrán acercarse a la Zona C de la ciudad, que incluye gran parte del casco antiguo o atractivos turísticos como el Coliseo y el Panteón. Mientras, la Zona A y Zona B, donde se encuentra la Ciudad del Vaticano, sí podrán ser visitadas por estos autocares. De esta manera, se pretende descongestionar el tráfico y reducir los niveles de contaminación.

Sin embargo, desde el sector defienden que la mayoría de autobuses turísticos se han adaptado a las nuevas normas de sostenibilidad, de tal modo que muchos de ellos funcionan con combustibles más limpios e, incluso, en cinco años tenían previsto implantar autocares eléctricos. Así lo manifestó Steve Perillo, director ejecutivo del touroperador Perillo Tours, con sede en Nueva Jersey (EE.UU.), quien también consideró que la nueva normativa no hará mucho daño a los autocares turísticos, pero sí “subirá los precios”. Además, destacó que el funcionamiento de estos autobuses permite la reducción del uso de coches particulares, lo que también disminuye los niveles de polución.

Roma no es la primera ciudad italiana en implantar medidas para reducir el turismo. Venecia anunció el pasado agosto el endurecimiento de sus normas para regular el flujo de turistas que recibe y que dificulta la preservación de la ciudad de los canales, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.