El revuelo generado por el anuncio de este viernes del Gobierno en funciones de Países Bajos, en el que se ha confirmado la reducción de la capacidad aérea del aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol en más de 40.000 vuelos para el próximo año, ha levantado ampollas en Estados Unidos (EE. UU.). La molestia por ruido causada a los vecinos del entorno del recinto ha motivado esta medida, que reducirá de 500.000 a unos 460.000 las operaciones desde y hacia la capital neerlandesa. 

Medios del país europeo informan de que el Departamento de Transportes del Gobierno presidido por Joe Biden ha remitido una carta al Ejecutivo neerlandés, en la que advierten de que si continúa con la política limitativa de vuelos comenzarán a aplicar sanciones. Desde el país norteamericano rechazan por completo una reducción de slots a sus aerolíneas. 

En la misiva, a la que ha tenido acceso el diario De Telegraaf, se amenaza con la ruptura en las relaciones de cooperación entre compañías aéreas de ambos países, con la consecuente pérdida de franjas horarias de la principal aerolínea neerlandesa, KLM, en EE. UU..