A 300 kilómetros de Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y Toulouse y, a menos de hora y media en AVE de las dos primeras, Zaragoza es la ciudad de España que cuenta con el  mayor mercado turístico potencial. Cerca de 15 millones de habitantes, con la mayor renta disponible del país. Además del tren y del aeropuerto, con pocas conexiones  nacionales, y no demasiadas internacionales, la ciudad se encuentra en medio de una magnífica red de autopistas y autovías que permiten un fácil acceso desde los mercados mencionados. Una de ellas es la que lleva a Teruel, con el elegante nombre de autovía Mudéjar.

Tiene pues una gran conectividad, una de las condiciones imprescindibles para el desarrollo del turismo. Con cerca de 10 mil plazas hoteleras, la mayoría de las instalaciones de tres y cuatro estrellas, pero con un  factor de ocupación solo ligeramente superior al 50%, más el alojamiento extra hotelero, posee igualmente la infraestructura de hospedaje necesaria para el crecimiento de esta actividad.

Museo del Foro

Museo del Foro

Respecto a la oferta turística, no tiene nada que envidiar a la de destinos  de mucho más renombre. Desde su fundación por Cesar Augusto, cada etapa de su historia está representada en los monumentos visitables. La época romana puede estudiarse en los cuatro museos: del Puerto, de las Termas, del Foro y del Teatro, los cuales exhiben los restos de una ciudad fundada para dar acomodo a veteranos, que al ser licenciados del ejército recibían tierra para instalarse, pero se les prohibía volver a sus lugares de origen. Todos ellos, inaugurados en los años noventa,  aprovechan adecuadamente los recursos disponibles.

Suscripción

De cuando era Zaraqusta queda, bien y ampliamente restaurado, el Palacio de la Aljaferia , el más norteño de los alcaceres musulmanes con un extraordinario salón del trono y unos aceptables añadidos de tiempos de Pedro IV y Fernando el Católico.  En la época de la conquista, en 1118, por Alfonso I, ‘el Batallador’, en los inicios del reino de Aragón se inician las obras de la Catedral del Salvador, La Seo, sobre la Mezquita Mayor, y cuya torre recuerda el minarete original. De origen románico ha pasado por diversas intervenciones góticas, estilo que domina, y barrocas, aunque manteniendo fachada mudéjar en parte de la misma.

Palacio de Aljafería

Palacio de Aljaferia

En la propia Plaza de la Seo y de la misma época es el Palacio Episcopal, convertido en el interesante Museo Alma Mater que, entre otras joyas, cuenta con un retrato del Arzobispo Company de Goya. En la vecindad se encuentra La Lonja, el mejor edificio renacentista de Aragón, construida en el XVI para apoyar al comercio local

Sin solución de continuidad, esa plaza se convierte en la Plaza del Pilar, que además de la famosa basílica-catedral, alberga el torreón de la Zuda , parte del original Alcázar musulmán y la Iglesia barroca de San Juan de los Panetes.

Pero, sin duda, el edificio más famoso es la Basílica del Pilar donde reside la famosa Pilarica, iglesia barroca de enormes dimensiones, construida sobre los anteriores gótico y románico, a orillas el Ebro. Dos de las bóvedas fueron pintadas por Goya. Fue el primer templo Mariano del mundo y es muy visitado por el turismo nacional.

Basílica del Pilar

Basílica del Pilar

A pesar de que la ciudad fue devastada en los dos asedios de los franceses en 1808-1809, la ciudad cuenta con un barrio antiguo amplio y lleno de bares y restaurantes, con el famoso Tubo como centro de atracción. La calidad es buena, a precios atractivos, pero como recordaba el Washington Post, con horarios que no tienen en cuenta al turismo internacional, puesto que la mayoría están cerrados entre 5 y 8 de la tarde. 

Los museos, renovados o inaugurados a partir de los años 80, Pablo Serrano, Gargallo, Goya amplían la oferta turística. La zona de la exposición internacional sobre el agua en 2008 abrió la ciudad al otro lado del río. Se construyeron un par de buenos puentes, sin embargo la inmediata crisis impidió en reaprovechamiento y algunos siguen sin uso. La góndola que debería haber sido enviada a alguna de las estaciones de esquí sigue allí, abandonada.

La ciudad nueva cuenta con amplias avenidas que le dan un aire moderno pero sin atractivo especial.

Con todos estos productos, ¿cómo es posible que una ciudad de 700.000 habitantes tenga poco turismo? El año pasado visitaron la metrópoli un millón de personas que, a su vez, realizaron un millón setecientas mil pernoctaciones. El 70% eran nacionales y de ellos el 30% del resto de Aragón. Nos quedan, pues, menos de 300 mil turistas extranjeros.

Hubo muchos visitantes chinos, 45.000, el mayor número después de Madrid y Barcelona, pero pocos se quedaron a dormir. El gran atractivo del AVE invita a la ciudad, sin embargo permite que los grupos que tienen que visitar el mayor número posible de lugares en una semana, hagan solo una parada de unas horas entre los dos grandes destinos españoles.

Zaragoza tiene casi todo, pero le falta carisma .