¿Es posible cambiar los modelos actuales de gestión turística en dirección a la rentabilidad y competitividad basándose en la sostenibilidad?

Llevamos tiempo escuchando y leyendo sobre la necesidad de innovar en turismo para mejorar la situación, pero muchas veces se olvida cuáles son los objetivos y, al igual que la sostenibilidad, se confunden herramientas con objetivos.

La innovación es una herramienta muy eficaz para conseguir resultados diferentes a los que tenemos, pero es imprescindible saber qué es lo que queremos alcanzar, que entiendo podría ser: conseguir o mejorar la rentabilidad, competitividad, y sostenibilidad asociada y ser exitosos a medio y largo plazo.

Esto implica modificar el modelo actual de gestión turística, tanto en los destinos de sol y playa, urbanos, como en las áreas naturales y rurales que están sufriendo unos costes ambientales, sociales y económicos mucho más altos que los ingresos y, por tanto, un balance nada positivo. Y obviamente las TICs son una herramienta muy eficiente para conseguirlo.
 

Foto: Pixabay

Foto: Pixabay

Para mí hay un tema clave a tener en cuenta es revertir los impactos negativos del turismo en positivos y, como consecuencia, hacer del turismo una actividad o factor regenerador del entorno natural y social del destino y su hinterland. Y, de esta forma, mejorar sustancialmente la rentabilidad y el ROI de esta actividad productiva.

Innovación verde, sociocultural y tecnológica


La innovación es un concepto que sale a la luz contestando a la creciente necesidad de hacer «posible» lo que parecía «imposible» (Crosby, 2017). La innovación es como el «arte» definida por Picasso como “la mentira que nos hace ver la realidad”.

La RAE define a la innovación como la acción o el efecto de crear o modificar «un producto, y su introducción en un mercado». Es decir, el proceso de alterar algo considerando elementos que le hagan novedoso y atractivo para su consumo.

Pensar en innovación no solo se enfoca en inventar algo que no existe o que no tenemos, sino que atañe a mejorar un producto o servicio ya creado
 

Gracias a la sostenibilidad se puede conseguir la rentabilidad y competitividad necesaria para ser exitosos"


La innovación turística no tiene por qué conllevar grandes inversiones económicas, sino la aplicación de una fórmula basada en el conocimiento, la inteligencia, la actitud y la flexibilidad. Ello supone saber dar uso a lo que uno tiene, es decir, su entorno, su trabajo y un gran toque de creatividad. (Estos textos están sacados de mi último libro Del Fracaso al Éxito en esta Nueva Era del Turismo Rural). 

Foto: Pixabay

Foto: Pixabay

Por lo tanto, la innovación implica un cambio, ya sea disruptivo o no, dependiendo de la necesidad, aunque actualmente estoy seguro de que se necesita ese cambio radical en el modelo turístico para que gracias a la sostenibilidad se pueda conseguir la rentabilidad y competitividad necesaria para ser exitosos en el turismo. Ello implica una gestión óptima de los recursos naturales y culturales del entorno, definiendo así que es posible compaginar “beneficios con conservación del patrimonio”.

Es necesario también comprender que la “innovación” implica usarla como una herramienta, que utiliza otra, la tecnológica. Esta servirá especialmente para resolver unos cuantos problemas actuales, como cambiar el concepto de potencialidad turística basada casi en exclusiva en los recursos locales en función de su estética y capacidad de atracción en el mercado, en vez de medirla en función de la gestión del talento local, más creatividad inteligente y nuevas tecnologías.

Y, por otra parte, la innovación, en este caso “innovación verde”, sirve para responder a los efectos del cambio climático, es decir, crisis climática en el turismo, la crisis por pérdida de biodiversidad y convertir al turismo como un factor de regeneración del entorno natural y social, mitigando los efectos negativos actuales entre los que se incluye la masificación turística. 

 

*Arturo Crosby es editor de Natour magazine.