Llevamos leyendo y escuchando bastante sobre el turismo sostenible y, en concreto, que esta pandemia —presente o pasada— iba a encargarse de transformar el turismo convencional en sostenible, algo que siempre he puesto en duda y sigo haciéndolo, porque los hechos lamentablemente lo demuestran.
 

¿De verdad existe el turismo sostenible?


Hace apenas unos días, en una charla-debate en Extremadura, solté al público una sentencia que ya he dicho en otras ocasiones y escenarios: que el turismo sostenible no existe, no es ningún producto turístico, ni siquiera una experiencia en sí, y, por tanto, no se compra ni se vende. Y, entonces, ¿por qué se sigue promocionando y vendiendo, o mejor dicho, tratando de vender?

Llevamos tiempo escuchando sobre el turismo sostenible, los hoteles sostenibles, la aventura sostenible, gastronomía sostenible, destinos sostenibles, movilidad sostenible y un largo etcétera, pero la verdad es que suena más a un make-up o un green-washing que a una realidad de mercado.

 

 

Estoy convencido de que no es que el turismo deba ser o no sostenible, sino que lo que se debe cambiar e implementar es un modelo o modelos de gestión sostenibles de la actividad turística en un territorio determinado y esto incluye tanto los destinos rurales, naturales y, en general, de interior; como los del litoral, los masificados de sol y playa y los urbanos.

Se trata de desarrollar un modelo que genere un desarrollo local, más allá que riqueza económica, pero teniendo en cuenta que el recurso básico del turismo y, por tanto, de su economía, es el entorno, su territorio y su gente y que estos son frágiles y vulnerables, consecuentemente si no se gestiona eficientemente, de acorde a su capacidad de aguante y resiliencia o teniendo en cuenta los límites aceptables de cambio, habrá una reacción negativa que afectara tremendamente a la existencia de dicho destino turístico.
 

Estos fenómenos ambientales condicionan el futuro del turismo que obliga precisamente a tomar decisiones estratégicas


Esta reacción es ya visible, por ejemplo, con la crisis climática que afecta a los destinos turísticos y que obviamente seguirá incrementándose en estas próximas décadas; y estos fenómenos ambientales condicionan el futuro del turismo, que obliga precisamente a tomar decisiones estratégicas como son la adaptación y la mitigación al cambio, que obviamente no va a detenerse.

Tratando de entender a quienes abogan por un turismo sostenible, supongo que estamos hablando de lo mismo, pero aunque pueda parecer un juego de palabras, nada más lejos.
 

Sostenibilidad en el turismo

Fenómenos ambientales que condicionan el futuro del turismo

Quizás pueda resultar repetitivo, pero permítanme poner de nuevo el ejemplo de que es lo que se vende, lo que se comunica y lo que perciben los consumidores: cuando reservan en un hotel sostenible, incluso pagando un 10 o 20% más, es ¿por qué es sostenible y es bueno para el planeta? Lo dudo mucho, al menos hablando para la gran mayoría, o, sin embargo, ¿es más bien porque los atributos y valores añadidos de un hotel sostenible mejoran notablemente la satisfacción del cliente y, por ende, le hace sentir y valorar más y mejor la experiencia, los servicios e incluso el precio?

 

Si al final se pretende ofrecer una calidad en la experiencia integral para tener éxito, es decir poder vivir de la actividad turística, no queda otra que desarrollar un modelo de gestión sostenible


Y es que, los viajes conllevan alojamiento, pero también restauración, animación, interacción con la población y un muy variado abanico de percepciones que las provoca el entorno, incluyendo el clima, la biodiversidad, salud ambiental y un largo etcétera que, si al final se pretende ofrecer una calidad en la experiencia integral para tener éxito, es decir poder vivir de la actividad turística, no queda otra que desarrollar un modelo de gestión sostenible, versus un turismo sostenible.

Creo que es importante tener claro los conceptos y más aún los objetivos, porque nos marcan la hoja-de-ruta a seguir para alcanzarlos.

 

*Arturo Crosby es editor de Natour magazine.