Las inversiones realizadas en fracasos como Air Berlin y Alitalia continúan pasándole factura a Etihad Airways, unas pérdidas que superan ya los 2 mil millones de dólares.

Y esto no sólo afecta a la compañía emiratí, sino que contamina las cuentas de resultados de terceros, como los gigantes Airbus y Boeing. El mercado está cada vez más convencido que buena parte o incluso la totalidad de los pedidos de Etihad de nuevas aeronaves serán cancelados o, en el mejor de los casos, retrasados. Nada más y nada menos que 160 aviones.

Airbus se lleva la peor parte, tienen un pedido firmado en 2013 con Etihad cercano a los 90 aviones comerciales, 60 de ellos del modelo A350. Boeing tiene, y nunca mejor dicho, “en el aire” un pedido de 50 modelos del 787 Dreamliner, también firmado en 2013.

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Atrás quedan los años de rivalidad y ostentación en cuanto al volumen de inversión entre los superconectores del Golfo. Los grandes competidores de Etihad, Emirates y Qatar, están pasando por una situación similar o peor. El asunto de la cancelación de pedidos de aeronaves no ha hecho más que empezar y el efecto contagio/dominó es una realidad.

A gestores, inversores, prestamistas, trabajadores, proveedores y demás stakeholders de los grandes fabricantes de referencia en el sector, el año 2019 se le vas a hacer muy largo. Abróchense los cinturones y mantengan sus inversiones plegadas en todo momento, hasta que la señal luminosa del efecto contagio en los mercados se apague: vienen turbulencias.