“Durante el verano, los clientes han buscado cercanía y confianza”, destaca Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) y presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), en una entrevista en exclusiva para Tourinews.
Marichal describe el verano como “una montaña rusa”, pero admite que el sector turístico ha logrado ponerse en marcha y ya “no tiene parón”. El turismo nacional ha decidido confiar en España y pasar sus vacaciones dentro de nuestras fronteras, alcanzando “unos niveles de ocupación razonables”. Sin embargo, en las islas, sobre todo Canarias, la conectividad y la quinta ola han hecho que su julio y agosto no fuera tan bueno como en otras partes del país, desde la perspectiva del presidente de la CEHAT. No obstante, confían en que la temporada fuerte para ellas sea la de invierno, gracias a la menor competencia y a la ventaja competitiva que ofrecen en cuanto al clima y a la seguridad sanitaria.
Pregunta (P): ¿Cómo podría describir lo que está sucediendo este verano en el sector turístico?
Respuesta (R): Yo vengo diciendo desde el primer momento que esto es una montaña rusa. Aquí no sabemos qué va a pasar, cuál es la próxima curva, hacia qué lado va, si es en subida o en bajada… Desde luego, lo que parece es que ya nos hemos acostumbrado al mareo y que el vértigo en el estómago lo vamos controlando un poco, aunque estar atentos a las reservas de un día para otro a muchos nos sigue poniendo nerviosos. Pero bueno, yo creo que la situación poco a poco va mejorando y hay que ser positivos. Esperemos que lo peor haya pasado ya.
P: Dicho de otra forma, nos creemos las reservas cuando el cliente está sentado en el avión, ¿no?
R: Y, a veces, ni eso. Yo he tenido clientes que han llegado en su vuelo e inmediatamente después han salido en otro porque la situación había cambiado, había surgido alguna noticia, por falta de confianza… Recordemos lo que pasó en Portugal: multitud de turistas en los aeropuertos por la noche buscando vuelos porque la cuarentena entraba en vigor. Yo creo que cuando pasen los años y miremos atrás nos quedaremos alucinados con todo lo que ha pasado y, también, con lo que hemos sido capaces de afrontar porque, en realidad, hemos aguantado y el sector está más vivo que nunca.
P: ¿Se podría decir que el sector turístico ha arrancado de nuevo?
R: Yo creo que sí ha arrancado. Desde luego que no es un motor eléctrico, por hacer una comparación, que te impulsa en muy poco tiempo; esto va a necesitar que los cilindros vayan entrando cada uno en su momento. Pero yo creo que sí ha arrancado y que va a seguir caminando, no tiene parón. Y espero que en poco tiempo podamos decir que estamos a niveles prepandemia y trabajando con cierta holgura, sin tener sobresaltos continuos.
En septiembre no va a haber españoles viajando y, de momento, extranjeros tampoco, ya que tenemos una caída del 75% con respecto a otros años"
P: A nivel nacional, las ocupaciones han sido variopintas. ¿A qué se debe? ¿Conectividad, destinos tradicionales…?
R: Esto se debe, más que nada, a la confianza. El turista nacional, que es el que eminentemente ha habido en nuestro país este verano, decidió quedarse en España porque las cosas no estaban como para salir fuera. Por ello, la gente ha decidido trasladarse a lugares cercanos incluso en su propio vehículo la mayoría de ocasiones, para poder reaccionar en caso de que pasase algo. También ha influido la falta de conectividad y que muchos destinos turísticos internacionales estuvieran cerrados. Pero la gente ha hecho lo que se pronosticaba que iba a hacer, que era confiar en España. Por eso se ha visto cómo todo el interior peninsular y las zonas de playa han tenido una ocupación razonable, en función de los millones de habitantes que tiene España y de la situación que tenemos. Es verdad que en las islas la cosa no ha estado tan bien porque tienen el hándicap de la conectividad aérea, sobre todo en Canarias, y que además la pandemia se ha cebado con algunas islas, lo que no ha ayudado a que hubiésemos tenido el mismo julio y agosto que han tenido en otras partes del país.
"Entendemos que se tiene que mejorar, no solamente la conectividad en número de asientos, sino también el precio de los billetes aéreos"
P: En cuanto a la conectividad aérea, ¿ha sido simplemente un tema de limitación de capacidades o las tarifas también han influido?
R: Nosotros hemos estado analizando este tema. Ahora mismo sí existe una guerra de precios entre compañías de cara a estos días, pero, al final, no podemos dejar que esos precios “gancho” nos nublen la vista. Lo que hay que hacer es mirar los precios medios de venta de los billetes y, desde luego, no podemos decir que sean de precio medio o baratos. Estoy seguro de que el Gobierno también lo sabe perfectamente. Nosotros entendemos que se tiene que mejorar, no solamente la conectividad en número de asientos, sino también en su precio, para, de esa manera, ir poco a poco recuperando la pujanza que puedan tener los destinos turísticos insulares dentro de este país.
Está claro que hay que intentar alargar la temporada turística y algo se logrará, pero también tenemos que pensar que hay limitaciones"
P: Respecto a la intención de algunos destinos turísticos de alargar la temporada de verano hasta noviembre, ¿hay buenas expectativas en este sentido?
R: Está claro que hay que intentar alargar la temporada turística y algo se logrará, pero también tenemos que pensar que hay limitaciones. Si la gente no se va de vacaciones no es porque no quiera, al contrario, a todos nos gustaría estar siempre de vacaciones, pero tenemos responsabilidades. Tenemos que llevar a los niños al colegio, ir al trabajo… Y, en España, las vacaciones están configuradas en julio y agosto y esos meses ya pasaron. Esto es una cuestión que hay que tener clara. Con esfuerzo se podrán hacer pequeñas escapadas de fin de semana o en los puentes que, si se van diseminando durante el otoño y el invierno se podrán aprovechar. Pero se está viendo que, con la vuelta al colegio, rápidamente están bajando el número de pernoctaciones y subiendo el número de hoteles que vuelven a cerrar. Hemos visto un buen agosto, sobre todo en península, pero tenemos que ser realistas: era lo normal porque el español se ha quedado en España. Pero en septiembre no va a haber españoles viajando y, de momento, extranjeros tampoco, ya que tenemos una caída del 75% con respecto a otros años.
P: ¿Cómo prevé que va a ser el comportamiento de los mercados extranjeros?
R: Los datos que tenemos a día de hoy sobre los mercados extranjeros son positivos. Tienen muchísimas ganas de viajar, sobre todo a Canarias, un destino turístico que, bajo mi punto de vista, ahora mismo tiene una gran ventana de oportunidad. Además, cada vez hay menos restricciones, parece que se consolida la evolución favorable de los semáforos, la vacunación aumenta y la capacidad de renta disponible también ha aumentado gracias al ahorro. En Canarias, ahora mismo tenemos varias ventajas: no hay tanta competencia, el clima es bueno y hay muchos destinos de largo ratio cerrados y otros que, aunque estén más cerca, no ofrecen la misma confianza en el tema sanitario. Tenemos una gran oportunidad que explotar.
P: Precisamente, también ocupa el cargo de presidente de Ashotel, ¿qué previsiones tienen para los próximos meses en Canarias?
R: Yo creo que nos vamos a llevar una alegría porque cualquier cosa que no sea estar cerrados es motivo de alegría. Pero la alegría no va a llegar a la que teníamos en 2017, 2018 y parte de 2019. Hay que ser realistas, vamos a estar fastidiados, pero contentos porque la situación va a mejorar notablemente con respecto a la que tenemos ahora. Pero no podemos abrir el champán todavía porque las cosas no están, ni por asomo, como tienen que estar para que esto sea sostenible en el medio plazo.
P: Hablando de Champán, ¿creen que se ha producido un ‘efecto champán’ en los viajes desde el punto de vista del gasto que del turista? ¿Qué es lo que ha buscado el cliente este verano?
R: El cliente ha buscado eminentemente cercanía y confianza. El gasto también ha aumentado, pero porque lo que antes iba destinado al transporte, ahora se ha invertido en otras cuestiones. Este verano la gente no ha tenido que pagar 700 u 800 euros por un vuelo para irse a otro destino, sino que ha cogido su coche y se ha ido a la costa. Ese dinero es una renta disponible que ha quedado para otras cosas, como aumento de categorías en los hoteles o alojamientos a los que iban, sobre todo buscando una mayor exclusividad de cara a la seguridad sanitaria.
"Cualquier cosa que no sea estar cerrados es motivo de alegría"
P: ¿Creen que esta tendencia se mantendrá?
R: Nos gustaría pensar que sí, porque desgraciadamente creo que todavía nos quedan unos meses de mucho sufrimiento. La recuperación de la confianza por parte de los turistas nacionales costará, por lo que seguirán apostando por España, pero yo creo que en lo que tenemos que pensar es en que se recupere la conectividad lo antes posible. Sin desdeñar el aporte y la gran tabla de salvación que ha supuesto el turismo nacional en esta temporada, lo que tenemos que hacer es seguir potenciando esa movilidad, a través del pasaporte de vacunación, y que se recupere el turismo de la manera que lo conocíamos antes.
P: ¿Va a haber muchos empresarios que se vayan a quedar en el camino?
R: Yo espero que no. Todos hemos trabajado mucho para que eso no sea así. El Gobierno también ha puesto de su parte y esperemos que lo siga haciendo con la renovación de los ERTE y con otras medidas que hemos pedido, como la ampliación de las carencias hipotecarias, los préstamos ICO y las ayudas que, aunque vayan un poco lentas, están ahí. También la apuesta por Canarias y Baleares con los 2.000 millones de euros fue muy importante. Se trata de seguir trabajando para que nadie se quede por el camino, siempre partiendo de la base de que el sector está vivo, la gente tiene ganas de salir de vacaciones y de que seguimos siendo España y tenemos que estar orgullosos de tener un sector turístico y alojativo como el que tenemos.