Abrir los ojos por la mañana y ver al amanecer desde la cama ya es posible. Se llaman ‘bubble rooms’ (habitaciones burbuja) y están situadas en Francia, en entornos naturales como zonas de pinares, pequeños valles, bosques, viñas y colinas.

Burbuja de Attrap'Reves. Francia.

Burbuja de Attrap'Reves, Francia. Foto de EFE: Tur Viajes

Se trata de habitaciones de hoteles plásticas y disponen de ventanas y paredes curvas y techos transparentes, con vistas a las estrellas e integradas en la naturaleza. Las instalaciones de Attrap’Rêves se encuentran en diferentes regiones rurales francesas como Allauch, La Bouilladisse, PugetVille, Montagnac Montpezat y Forcalquier y, según Julie Giovansili, portavoz de esta sociedad familiar, “las burbujas, concebidas con materiales reciclables y con un consumo reducido de energía, se ubican en lugares privilegiados, lejos de la muchedumbre y de los caminos trillados para que sus huéspedes puedan vivir una experiencia única y cósmica”.

Suscripción

Según la portavoz de Attrap’Rêves, las ‘bubble rooms pueden disfrutarse bajo distintas fórmulas, que incluyen la posibilidad de dormir bajo las estrellas y observar la luna con la ayuda de un telescopio y mapas celestes, o aprovechar un jacuzzi instalado en medio de la naturaleza.

Habitación burbuja

Habitación burbuja. Foto de EFE: Tur Viajes

Experiencias similares se han puesto en práctica en territorio español, concretamente en Tudela (Navarra). El complejo hotelero se llama Aire de Bardenas y se encuentra ubicado en un parque natural con paisajes desérticos espectaculares. Su nombre se inspira en el viento conocido como cierzo que sopla en esa región. La zona, denominada base lunar Bardenas, consta de nueve burbujas con las comodidades de una habitación de hotel.

Según comenta Carlos Bueno, responsable de marketing de la instalación, estas ‘burbujas de amor’, instaladas en un hábitat inhóspito, están pensadas para pasar “una noche en la Luna”. Tienen aire acondicionado, baño con cisterna de agua corriente y están orientadas hacia el amanecer, excepto una que ‘mira’ hacia el atardecer.

Esta particular ‘base lunar’ cuenta con un ‘manual de supervivencia’ que se entrega a los huéspedes cuando llegan al hotel. Como la intimidad es un elemento muy importante, “se ruega a los ‘airenautas’ que no sobrepasen su propio espacio, el perímetro de cada cápsula delimitado con cuerdas, porque al hacerlo serán vistos desde el exterior”, advierten desde la empresa.