Cristina Prieto, una joven gallega que reside en Londres, esperaba el pasado miércoles la llegada de sus hijos en el Aeropuerto de Londres-Heathrow, pues los pequeños, de 11 y 9 años, regresaban de unas vacaciones familiares en Galicia. Sin embargo, Cristina comenzó a preocuparse cuando observó que los niños no estaban entre los pasajeros desembarcados.

Cristina había contratado el servicio de acompañamiento de menores (UM: Unaccompanied Minors) de Iberia Express, a un coste de 65 euros por niño, ya que sus hijos volvían solos de un viaje familiar en Galicia, pero según denunció en su cuenta de Twitter: “fueron dejados solos en el aeropuerto de Healthrow” por el personal de la aerolínea. Esta no era la primera vez que Cristina solicitaba un servicio de estas características, pues ya lo había hecho antes en la compañía Vueling.

Suscripción

De hecho, tal y como detalla la mujer, fue la policía de inmigración quien recogió a los menores en las dependencias del aeródromo y se puso en contacto con ella. Ante lo ocurrido, Cristina quiso recriminar la situación al personal de Iberia, pero no había “ni una persona” para poder hacerlo.

“Mis hijos bajaron del avión con una azafata de Iberia y con toda su documentación colgada en el cuello. Se supone que alguien de la compañía los tenía que acompañar en todo momento hasta que yo, la única persona autorizada para recogerlos, firmase el papel de autorización que también llevaban ellos”, aseveró Cristina en declaraciones a La Voz de Galicia.

Sin embargo, los niños fueron recogidos en la puerta del avión por “una señora vestida de morado”, según contaron los niños a su madre, que al parecer se trataba de una empleada del aeródromo. Esta les comentó que debían seguir las “líneas amarillas hasta llegar al control de inmigración”, momento en el que los menores se quedaron solos.

Reacción de Iberia

En otro tweet, la madre denuncia que “nadie de Iberia Express” se había puesto en contacto con ella, a pesar de que en la documentación que ellos manejan debía “constar que estos menores no fueron entregados”. “Cualquiera los podía haber cogido y metido en otro vuelo. ¿Delito?”, se preguntaba Cristina aún con el susto en el cuerpo, quien en aquel momento solo pudo emitir una queja en la página web de la compañía.  

Mientras, la mujer continuó desahogándose en Twitter solicitando “una investigación sobre lo que pasó" para dar con el responsable. También amenazó con tomar acciones legales o acudir a la prensa, pues “esto no le puede pasar a nadie más”.

Finalmente, Cristina recibió una llamada de Iberia el pasado jueves, cuando un representante de la compañía le pidió disculpas y le aseguró que iniciarían una investigación para descubrir qué ocurrió con el acompañamiento de sus hijos. Iberia declaró a La Voz de Galicia que esta era la primera vez que ocurría algo así.