La cama es uno de los elementos más importantes para el cliente de un hotel y no es de extrañar que cuando esta no satisface sus expectativas, la experiencia vacacional sea negativa. Esto le ocurrió a un ciudadano alemán —de Hamm, en Renania del Norte-Westfalia— que no pudo disfrutar de una king size en sus vacaciones en Mauricio. Su descontento le llevó a protestar a los tribunales, que han emitido una sentencia insólita.

El tribunal de distrito de Hannover ha determinado que un touroperador deberá devolver el 15% del importe del paquete turístico (734,60 euros) al cliente insatisfecho por encontrar una “cama francesa” en un hotel calificado con cinco “soles” y especialmente cómodo en la web del touroperador.

Durante su luna de miel, el hombre había reservado una habitación de tres camas para tres compañeros de viaje, además de la habitación para él y su esposa. Una vez allí, a los acompañantes se les asignó una habitación con dos camas de 1,40 metros de ancho, 70 centímetros por persona.

El tribunal justifica su decisión en que el equipamiento ofrecido no se correspondía con el acuerdo contractual, ya que el catálogo del organizador definía al hotel como “de especial calidad" con "mobiliario confortable".