El último informe del Cercle d’Economia de Mallorca ha confirmado las previsiones que apuntaban a una desaceleración de la economía balear. Con la llegada del mes de julio, se dio comienzo a la ralentización de la recuperación económica, tras el año de crecimiento constante que sucedió a la crisis derivada de la expansión de la COVID-19. A pesar de que las buenas cifras del turismo balear en 2022 han aportado recursos a la economía regional (el turismo representa cada año cerca del 35% del PIB balear), la negativa proyección de la temporada turística de 2023 plantea un futuro distinto.

Según el mencionado informe, es la primera vez desde la primavera de 2021 que Baleares no supera el 50% de los indicadores económicos (en julio superó solo el 48%), situación que marca la entrada oficial en un proceso de desaceleración: "El escenario más probable para las Islas es que la tendencia desacelerada continúe a lo largo del segundo semestre de 2022 y la mayor parte de 2023", afirmaba el estudio de la institución Cercle d’Economia. Es necesario aclarar que desacelerar no significa caer. La aceleración de una economía marca el crecimiento respecto a una etapa anterior con la que se compara. A medida que Baleares iba marcando mejores cifras cada mes, el listón iba subiendo y la cifra a batir era más alta. En julio solo un 48% de los indicadores crecieron respecto a junio, pero a su vez, el 84% de los indicadores disponibles crecieron respecto al julio del año 2021.

Y es que en junio habitaron simultáneamente el Archipiélago Balear una media cercana a los dos millones de personas, 600.000 personas más de la población total de las Islas. El buen estado de salud del turismo nacional, y especialmente del internacional, junto a la presencia de segundas residencias, aportó unos recursos muy importantes para el desarrollo del PIB de la Comunidad Autónoma. El diario mallorquín Última Hora afirma que la evolución de la temporada turística de 2022 hace prever que la Comunidad acabará este año con más turistas que en 2019, año en el que llegaron 16,5 millones de visitantes.  

Baleares ha conseguido atraer a un gran número de turistas con poder adquisitivo. La Encuesta de Gasto Turístico (Egatur) del Instituto Nacional de Estadística (INE) mostró que en el primer semestre del año el turista extranjero gastó un 20% más que antes de la pandemia. Además, el desembarco del turismo estadounidense en islas como Mallorca ha disparado la inversión inmobiliaria y la venta de productos de alta gama, grandes inversiones que han inflado las arcas de Baleares. 

2023, caída turística


La ralentización de la economía no es un fenómeno exclusivo de Baleares, ya que los principales países europeos están sufriendo los efectos de la inflación y la crisis de suministros energéticos y alimentarios. Si se cumplen las negativas previsiones económicas, principales mercados emisores de turistas a Baleares como Reino Unido o Alemania recortarán su capacidad de consumo y sus ciudadanos limitarán sus salidas al extranjero. Así, Baleares dispondría de una temporada turística mucho peor que la de 2022, incidiendo aún más en el decrecimiento de la economía balear.