Cada vez son más las grandes capitales que implementan medidas para controlar la rápida expansión del modelo de alquiler vacacional de viviendas típico de plataformas de Internet como Airbnb, Vrbo y Booking.com

La última en hacerlo ha sido Nueva York (EE. UU.), que a partir del próximo 5 de septiembre prohibirá el arrendamiento turístico de residencias a corto plazo —estancias inferiores a 30 días—, a menos que el propietario conviva con los inquilinos durante la estadía contratada. 

Con esta medida, la ciudad pretende poner freno a la subida incesante de los alquileres de larga estancia, un problema recurrente en prácticamente todas las capitales del mundo, así como a la escasez de oferta en el mercado.

De esta manera, la nueva normativa hace efectiva la Ley de Registro de Alquileres a Corto Plazo, también conocida como Ley Local 18, que entró en vigor el pasado 6 de marzo. Esta norma exigirá a los propietarios inscribir el inmueble en un registro público y obtener un permiso específico para dedicarlo al alquiler turístico. 

App de Airbnb en un móvil | Foto: Archivo

App de Airbnb en un móvil | Foto: Archivo

Asimismo, la ley impide a los llamados anfitriones arrendar el inmueble al completo y exigirá su presencia en el mismo durante la estancia de los inquilinos. Además, estos no podrán ser más de dos al mismo tiempo y deberán tener acceso a todas las estancias de la casa. 

La Ley Local 18 está provocando que miles de propietarios estén retirando sus anuncios de las plataformas de búsqueda y reserva, ya que las compañías solo estarán autorizadas a realizar transferencias de pago por el alquiler de inmuebles a aquellos que estén inscritos en el nuevo registro oficial. Las que no lo cumplan serán sancionadas.

Además, la norma prevé multas de hasta 5.000 dólares —4.600 euros— para los caseros que alquilen sus viviendas de forma ilegal, mientras que los inquilinos no serán sancionados.