España no es el único país que ha visto crecer de manera descomunal el precio de la vivienda. Así como tampoco es el único que culpa a los pisos turísticos o alquiler vacacional de ello. En Portugal ocurre lo propio, aunque sí es cierto que en el país vecino el número de este tipo de viviendas representan un mayor porcentaje dentro de la oferta alojativa que en España. Por ello, el Gobierno de Portugal ha decidido tomar medidas para tratar de controlar los precios.
Sin duda alguna, una de las medidas aprobadas en la Asamblea de la República que más ha llamado la atención ha sido el cambio de fiscalidad en dicha actividad. A partir de ahora, los dueños de dichas viviendas vacacionales deberán pagar una “contribución extraordinaria” del 15% —aunque inicialmente se había propuesto un 35%—.
Las medidas limitan al máximo este tipo de actividad. De hecho, se prohíbe la apertura de nuevas viviendas turísticas en Lisboa, Oporto y buena parte del litoral luso. Se dará algo más de libertad en las zonas de interior, altamente despobladas. No obstante, en las zonas en las que se permite el alquiler vacacional, para configurar un nuevo alojamiento se deberá contar con el visto bueno de la comunidad de propietarios del edificio.
En este sentido, las comunidades de propietarios dispondrán de otra gran responsabilidad: podrán retirar licencias ya concedidas. Esto ocurrirá cuando dos tercios de la comunidad así lo acuerde, según recoge el diario El País.