Profesionales del sector turístico de República Dominicana, más concretamente de la provincia de Puerto Plata, han denunciado una tendencia que se está dando en el segmento hotelero: la transformación de resorts turísticos a bienes inmobiliarios. De acuerdo con estas voces críticas, todo ello podría suponer, además de la obvia reducción en la oferta de camas, la desaparición de rutas aéreas a dichos destinos y el detrimento del empleo.

El ejemplo perfecto de esta tendencia se encuentra en el resort turístico de Playa Dorada, ubicado en Puerto Plata. La transformación en esta zona ha provocado que, de las 4.500 habitaciones hoteleras con las que contaba hace 20 años, en 2023 se reducirán a 1.000. Un 80% de todo el inventario alojativo será operado como desarrollo inmobiliario.

Desde la Asociación de Hoteles y Condominios de Playa Dorada indican a este medio que desde el momento en que nació (años 70), este complejo turístico fue concebido en diferentes formatos de copropiedad y condominios (aparta-hoteles, apartamentos, etc.), es decir, un destino para el turismo de segundas residencias.

César José de los Santos, presidente de la asociación anteriormente mencionada, defiende este tipo de turismo. Según de los Santos, muchos de los compradores de estos apartamentos o propiedades son personas jubiladas estadounidenses o canadienses que luego viajan a dichas viviendas y consumen en los negocios de la zona. Además, “el 70% de estos inmuebles se ceden a los hoteles para que estos los exploten”.

Sin embargo, los opositores a esta tendencia sostienen que la mayor parte de estas propiedades son compradas por dominicanos como segundas viviendas a las que van a pasar el fin de semana. Para ello, realizan las compras en su lugar de residencia, por lo que no consumen en los negocios de Puerto Plata.



 

Tendencia de la demanda
 

La transformación de hoteles a desarrollos inmobiliarios también podría responder a la tendencia de la demanda por parte de los turistas. Tal y como señala el Banco Central dominicano, los hoteles han perdido terreno frente a otro tipo de alojamientos. Si en 2019 el 92,9% de los visitantes se hospedaba en establecimientos y resorts, en 2021 este segmento solo registró el 71,5% de las pernoctaciones.

Los turistas —quizás influenciados por las consecuencias de la pandemia— prefirieron en 2021 alojarse en casas privadas, propias o alquiladas, así como de amigos o parientes. Los 'hospitales' o los centros wellness (turismo de salud) también han crecido.