El huracán ‘Otis’ ha golpeado con toda su crueldad en Acapulco, Acapulco y Técpan (en el estado de Guerrero) la costa del Pacífico mexicana. El ciclón, que tocó tierra con categoría 5, ha provocado al menos 27 muertes y 4 desapariciones y ha devastado casas, hoteles e infraestructuras.

Si bien el huracán tocó tierra en la madrugada del martes al miércoles (hora local), el conocimiento de los daños provocados ha sido posterior debido a que Acapulco quedó totalmente incomunicada, con la caída de la telefonía, internet y gran parte del servicio eléctrico.

“Es un huracán muy fuerte, de mucha intensidad y tuvo un comportamiento atípico. Esto no pasaba en décadas”, ha declarado el presidente del Gobierno Federal de México, Andrés Manuel López Obrador. Y es que el fenómeno meteorológico golpeó con vientos de 260 km/h y rachas de hasta 315 km/h.

El aeropuerto, inoperativo


El impacto ha sido tal que el Aeropuerto Internacional de Acapulco ha suspendido sus operaciones hasta nuevo aviso por los numerosos daños: telecomunicaciones afectadas, cortes de luz, equipos de inspección y pasillos telescópicos dañados, inundaciones en el área de mostradores o la torre de control fuera de servicio. A todo ello se suma que las vías de acceso al aeropuerto se bloquearon.


El "Diamante" de Acapulco, asolado


Los hoteles ubicados en la línea costera también han pagado caro el impacto del huracán. Con cristales rotos, en los casos más leves, y habitaciones totalmente destruidas, en los más afectados. Los medios locales apuntan que han sufrido daños resorts como el Princess Mundo Imperial, el Copacabana, el Hottson y el Kristal.

De hecho, existen vídeos comparativos en los que se puede ver el fuerte impacto que ha tenido el ciclón en zonas como la conocida Punta Diamante.


Otros daños materiales que lamentar son los derrumbes en la autopista hacia Acapulco y la carretera de la Costa Grande de Guerrero.