Tanzania está estudiando la posibilidad de instalar un teleférico en el Kilimanjaro, que con 5.891,8 metros de altitud es el punto más alto de África.

Según recoge el portal Euronews, esta semana se presentó el proyecto para construir un sistema de cabinas suspendidas por cables que permitan a los visitantes superar parte de la ascensión de una forma sencilla.

La idea de los promotores es incrementar el número de turistas que se atreven a ascender este gigante. De hecho, los estudios realizados apuntan a que se podría duplicar el número total de turistas que lo visitan actualmente, pasando de las 50.000 a las 100.000 personas al año.

Este incremento del turismo podría suponer un impulso económico para la zona, pero también podría poner en peligro este entorno natural único y los ingresos de mucha población local que actualmente trabajan como porteadores. Según Loishiye Mollel, presidente de la Organización de Porteadores de Tanzania, un visitante de Estados Unidos “puede dar trabajo a 15 personas, de las cuales 13 son porteadores, uno un cocinero y otro un guía”. A su juicio todos esos empleos se verían afectados por el teleférico.

 La Autoridad de Parques Nacionales de Tanzania (TANAPA) está realizando un estudio sobre el impacto ambiental y social que podría tener este proyecto. Allan Kijazi, comisario de Conservación de TANAPA, ha explicado que “Tanzania pretende diversificar sus productos turísticos” y que por ello se aspira a que cualquier turista pueda subir al monte Kilimanjaro.

En 2017, Tanzania recibió a aproximadamente 1,3 millones de visitantes extranjeros. El turismo es una de las principales fuentes de ingresos para el país, siendo los safaris y el Kilimanjaro dos de sus principales reclamos.