El segmento del turismo médico en México ha sufrido recientemente un duro golpe del que le será difícil recuperarse. Medios de todo el mundo, sobre todo estadounidenses e hispanoparlantes, se han hecho eco del secuestro en Matamoros (estado de Tamaulipas) de cuatro turistas procedentes de Estados Unidos. Dos de las víctimas fueron halladas muertas, otra fue herida gravemente y solo una resultó ilesa. Ahora, ha salido a la luz que viajaban para someterse a una intervención quirúrgica.

Si bien la ciudad de Matamoros y el estado de Tamaulipas no son un destino de viaje muy relevante en México, sí se trata de una localidad fronteriza. Numerosos estadounidenses acuden a estos enclaves para someterse a ciertos tratamientos médicos motivados por los precios, ya que son más económicos en el país latinoamericano.

Estados Unidos ha emitido una alerta de viaje sobre el estado de Tamaulipas
 

Según informa El País, el pasado 3 de marzo, cuatro amigos procedentes de Carolina del Norte viajaron en coche hasta Matamoros para que Latavia “Tay” McGee, la única mujer del grupo, se sometiera allí a una abdominoplastia. Llegaron a la ciudad pasadas las 9 de la mañana y, según las autoridades estadounidenses que han investigado lo sucedido, los jóvenes se perdieron buscando la consulta médica en la que iba a tener lugar la intervención. En este momento, ya se les había perdido la pista.

La posterior investigación ha permitido una reconstrucción de los hechos: Las cámaras de seguridad pública habían grabado cómo un coche gris había comenzado a seguirles sobre las 11 de la mañana. Durante los siguientes 45 minutos, hasta ocho vehículos diferentes participan en la persecución, hasta que interceptan y secuestran a los turistas en plena calle a plena luz del día. Estos últimos trataron de huir, pero los delincuentes les dispararon. Los vídeos de las cámaras de seguridad —en los que se puede ver el tiroteo— comenzaron a circular, incluso por redes sociales, durante la jornada del viernes (3 de marzo). No obstante, las autoridades mexicanas aún desconocían la identidad e incluso nacionalidad de los secuestrados.

Durante el sábado, 4 de marzo, los investigadores recorrieron varios centros médicos, pero no encontraron rastro de ningún herido de bala. El domingo, 5 de marzo, los investigadores revisaban el contenido de las cámaras, cuando por la noche el FBI dio un vuelco al caso al anunciar que se trataba de ciudadanos estadounidenses y ofrecía recompensas a cambio de información.

Para el lunes (6 de marzo), el caso ya había sido publicado por medios de comunicación de todo el mundo. Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos emitía una alerta de viaje a Tamaulipas y advertía de la existencia de áreas en las que la policía de la zona tiene capacidad limitada para actuar. La investigación continuaba su curso.

Durante esa misma jornada, los investigadores recibieron varios avisos anónimos que alertaban de lugares en los que presuntamente habían sido vistas las víctimas o los vehículos vinculados al secuestro. Sin embargo, cuando las autoridades llegaban, no encontraban nada sospechoso. Precisamente en uno de estos puntos, el martes (7 de marzo), las autoridades encontraron a las víctimas. No obstante, los investigadores aún no han explicado por qué decidieron regresar a ese sitio, un cobertizo en el paraje de La Lagunona, en el Ejido Tecolote, a media hora en coche del centro de Matamoros.