España, como país ubicado en el sur de Europa, está acostumbrada a lidiar con los procesos migratorios, sin embargo, ahora tendrá que adaptar sus procedimientos y políticas a un nuevo fenómeno: las “pateras aéreas”.

Los cuerpos policiales españoles comenzaron a sospechar de una nueva forma de operar de las mafias de inmigración cuando, el pasado 5 de noviembre, un grupo de 21 pasajeros marroquíes escaparon de un avión de Air Arabia Maroc cuando realizó un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto de Palma (Mallorca) —aún hay 8 fugados que están siendo buscados por las autoridades—.

Ahora, la tendencia puede haberse reafirmado con lo que está ocurriendo en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat, donde 39 pasajeros con pasaporte libanés permanecen retenidos tras haberse apeado de su vuelo en busca de asilo político en España. Según informa ElDiario, los pasajeros llegaron a Barcelona el lunes 15 de noviembre sobre las 11:00 horas en un avión procedente de El Cairo (Egipto) y que tenía como destinos Bogotá (Colombia) y Quito (Ecuador).
 


 

En el momento en que la aeronave efectuó la escala programada en la Ciudad Condal, decidieron bajarse y se negaron a continuar, afirmando su intención de solicitar asilo. Desde entonces permanecen en una sala de las instalaciones aeroportuarias, destinada a los viajeros que se encuentran esperando a trámites fronterizos.

Ya con lo ocurrido en Palma, expertos apuntaron que se van a tener que ejecutar cambios en los protocolos de actuación ante emergencias en el avión. Ahora también se podría poner sobre la mesa el proceder ante escalas, al menos en lo que respecta a vuelos con origen o destino a África, Asia u Oriente Medio.