El pasado 5 de julio, la Guardia Civil de Puerto Rico, en el municipio turístico de Mogán (Gran Canaria) detuvo a una camarera de piso que trabajaba en un hotel del sur de la isla por haber cometido dos delitos de robo con fuerza, ya que entró en dos habitaciones con una llave falsa y sustrajo 300 euros, así como relojes y joyas valoradas en 2.716 euros.

Según ha explicado Europa Press, la investigación policial se inició a mediados del año 2017 con la colaboración del propio establecimiento, ya que se habían efectuado numerosas denuncias por robo de efectos personales en algunas de sus habitaciones.

Gracias a las pesquisas, se pudo conocer el modus operandi de la delincuente, que consistía en cambiar una de las llaves electrónicas de los clientes por otra similar. De este modo, podía acceder a las estancias utilizando la llave de los huéspedes sin levantar sospechas, ya que en la cerradura electrónica no constaba que se hubiera utilizado otra.

Asimismo, la camarera de piso evitaba robar en las habitaciones donde tenía que limpiar y accedía a las dependencias que les correspondían a sus compañeras con la excusa de ayudarlas. Debido a ello, a la Guardia Civil le resultó complicado identificar al autor de los robos, ya que se veían involucradas terceras personas que no tenían nada que ver con los delitos, lo cual entorpecía la investigación. Al mismo tiempo, los agentes tuvieron que investigar abundante información, como las lecturas de las cerraduras electrónicas de las habitaciones donde se produjeron los robos como de otras vinculadas.

Consultado por Tourinews, Tom Smulders, presidente Comisión Turismo y Seguridad de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT) asegura que “por ética” no puede dar nombres ni especificaciones. Explica, eso sí, que “la mayoría de los muy pocos casos que se dan de robo, se detectan rápidamente y se solucionan habitualmente de forma contundente por la dirección del complejo”.

Especifica que se despide al trabajador implicado y que no se le otorga la certificación de buena conducta. En este caso, en el que ha intervenido la Guardia Civil, no sólo se salda la situación con un despido, sino que el ladrón “tendrá que sufrir las consecuencias ante la justicia”.

Insiste, por último, en que en el sector del alojamiento y la restauración legal,  a los que representa la FEHT, “son excepciones” los casos de robo “por la profesionalidad y respeto de los colaboradores”. Refrenda que los trabajadores son dignos de confianza tanto de los empresarios como de los clientes.