Finalmente, el Parlamento británico rechazó ayer el plan del Brexit de Boris Johnson con 308 votos a favor frente a 322 en contra. El primer ministro había prometido la convocación de elecciones anticipadas de producirse este escenario, por lo que ahora está por ver si cumple con su palabra.

Según ha informado El Confidencial, la Cámara de los Comunes se mostró conforme con el acuerdo del Brexit negociado por Johnson y la Unión Europea, con 329 votos a favor frente a 299. Se trata de lo más cerca que ha estado nunca Reino Unido de salir de la UE. No obstante, poco después los diputados rechazaron los plazos propuestos por el primer ministro (308 votos a favor y 322 en contra), que pretendía aplicar los términos de salida en tres días.

A este respecto, Johnson manifestó: “De una forma un otra, abandonaremos la UE con este acuerdo, al cual la cámara acaba de dar su visto bueno”. A su vez, señaló que no quiere pedir una extensión a Bruselas y no hizo mención a las elecciones. “Ahora enfrentamos más incertidumbre (…) y la primera consecuencia es que el Gobierno debe asumir el único camino responsable y acelerar nuestros planes para un resultado sin acuerdo”, añadió.

La oposición, por su parte, celebró el rechazo al plan de Johnson, por el que Reino Unido se habría divorciado de la UE el próximo 31 de octubre. Pese a ello, el líder laborista, Jeremy Corbyn, tendió la mano al primer ministro para trabajar en un cronograma “razonable”, que no forzara la salida precipitada de Reino Unido.

En cuanto a la reacción de la UE, Mina Andreeva, portavoz de la Comisión Europea, indicó: “La Comisión toma nota del resultado de esta noche y espera a que el Gobierno británico le informe sobre sus próximos pasos”. Así, la UE esperará a que Johnson mueva ficha para tomar una decisión.

Ahora, queda esperar en qué términos se producirá la nueva prórroga. De acuerdo con lo estipulado, en el caso de que el acuerdo fuera rechazado, la prórroga sería más larga y con condiciones. Francia es de las potencias más duras en este sentido, ya que exige un proceso político en Reino Unido, como son unas elecciones o un segundo referéndum, a cambio de la prórroga. Si el acuerdo resultaba aprobado, sin embargo, la prórroga sería más corta. Todo está en manos del próximo movimiento de Johnson.

Por todo ello, el sector turístico no puede, todavía, respirar tranquilo, ya que la incertidumbre sigue siendo la protagonista del cuento del Brexit.