El ascenso continuado de India como potencia emergente por capacidad económica y demográfica —segundo país más poblado del mundo— está beneficiando a los destinos del Sudeste Asiático, que están viendo cómo cada vez más viajeros proceden ce este floreciente mercado emisor.

Durante la última década, China se había mantenido como el principal cliente turístico de países de la región como Tailandia, Indonesia o Vietnam; sin embargo, la crisis sanitaria y las estrictas restricciones a la movilidad internacional que impuso el Gigante Asiático han mermado su emisión de viajeros hacia el área. 

India podría emerger como la nueva China “en términos de crecimiento del turismo emisor” durante la próxima década, aunque la conectividad se vería limitada por la menor cantidad de aeropuertos del país indio, según ha analizado el Banco Asiático de Desarrollo en un informe publicado el pasado mes de mayo.