El clamor popular y municipal por el problema de la escasez de vivienda en algunas zonas turísticas de Francia ha llegado hasta a la Asamblea Nacional —cámara baja del Parlamento—, que estudia una proposición de ley para rebajar drásticamente las ventajas fiscales del sector del alquiler vacacional.

Actualmente, los propietarios de pisos turísticos pueden desgravarse más de un 70% de los ingresos obtenidos. Sin embargo, el porcentaje aplicado al alquiler residencial es mucho menor. Si las viviendas están amuebladas, el propietario puede desgravarse un 50% y, si están vacías, solamente un 30%, informa elDiario.es.
 

 ¿Es normal que la vivienda se haya convertido en una herramienta de optimización fiscal y de máximo rendimiento?”


Esta situación, unida a la mayor rentabilidad de los alquileres de corta duración, provoca que los propietarios acaben optando por ofertar sus viviendas como alquiler turístico en plataformas como Airbnb, Booking.com o Vrbo. De hecho, en muchos casos acaban resolviendo sus contratos de larga duración con los inquilinos para modificar el régimen de arrendamiento.

“¿Es normal que la vivienda se haya convertido en una herramienta de optimización fiscal y de máximo rendimiento?; ¿es normal que se eche de sus casas a inquilinos que están en regla para convertirlas en alojamientos turísticos amueblados?”, denunciaba el diputado socialista Iñaki Echaniz ante la comisión de leyes durante la presentación del texto.

Equiparación de incentivos


La proposición de ley presentada en la Asamblea prevé equiparar la fiscalidad de prácticamente todos los regímenes de alquiler y fijarla en un 40%. Solo mantendrían el tramo más favorable las casas rurales y las estaciones de esquí.