Desde hace años, uno de los principales empeños del Ministerio de Turismo, de Turespaña y de las diferentes entidades autonómicas y locales de promoción turísticas es atraer al turista chino, y es que, en el caso de España, cada individuo gasta 2.529 euros por viaje, el doble que los otros extracomunitarios o que los europeos por el total del desplazamiento.

Con la vista puesta en atraer a este tipo de viajeros, destinos como Madrid están desarrollando galerías de lujo que fomenten el turismo de compras. No obstante, a esta pretensión le puede haber surgido un gran enemigo, los Daigous.

Se trata de compradores intermediarios, de hecho, la palabra daigou se traduce literalmente como "compra en nombre de". Acuden a las tiendas de lujo, detectan objetos muy preciados entre los compradores asiáticos y realizan una subasta entre miles de seguidores a través de su teléfono móvil. Una vez que encuentra a comprador, envían el bien por correo o lo llevan ellos mismos, cuando viajan de regreso.

Según informa El Mundo, este perfil de comprador puede ser encontrado en Las Rozas Village, un outlet de lujo de la capital del país que cuenta con tiendas de Prada, Armani, Bvlgari o Gucci.

Se trata de una práctica muy habitual en Australia, donde ciudadanos chinos que residen en el país con un visado de estudio o de trabajo compran productos a petición.

Si bien puede suponer un impulso para las ventas de las tiendas de artículos de lujo, también es cierto que supone una gran pérdida para las empresas que forman parte de la cadena de valor del turismo de compras: aerolíneas, hoteles, restaurantes, transfer, etc.