El Oceanogràfic de Valencia se ha convertido en el mayor delfinario de España. la Sin embargo, se está viendo obligado a cambiar su forma de actuar para poder mantener el ritmo de visitas.

El centro, que abrió sus puertas en 2003, está viendo encorsetada su actividad por las cada vez más restrictivas normas de captura, cría y exhibición de cetáceos. Además, los turistas están más preocupados que nunca por las condiciones en las que los animales se hallan en estos recintos. Ambos aspectos, hacían muy difícil convertir este espacio en un negocio rentable.

A ello, cabe sumar, tal y como refleja ‘El Confidencial’ que en 2013 antiguos trabajadores denunciaron al centro por maltrato a los animales.

Sin embargo, desde 2015,  Avanqua, el consorcio gestor ha logrado recuperar el Oceanogràfric abordando el problema desde una perspectiva educativa. La compañía ha contratado al científico sueco Andreas Fahlman como Director de Investigación. “No tengo problemas con el entretenimiento, puede seguir habiéndolo, pero debe ser educativo: el público debe divertirse, pero siempre irse a casa con un mensaje positivo, con curiosidad y con amor por la naturaleza y estos animales”, explica Fahlman.

Según sus propias palabras, al ser interrogado sobre su presencia como científico para ‘ayudar’ a la fauna marina valenciana y no sólo a los animales del acuario, afirma: “No encerramos a los animales para entretenernos sino para aprender de ellos, comprenderlos, darles la mejor vida posible y, con esa información, ayudar a los animales salvajes”.

Este cambio de rumbo ha reportado al delfinario una facturación de 40 millones de euros y le ha permitido obtener beneficios.