El Convento de Santa Clara la Real guarda un pedacito de la historia de la ciudad de Toledo entre sus muros, edificados a mediados en el siglo XIV, y habitado por las Monjas Clarisas desde el año 1410. Sin embargo, una vez más la tradición se ha fusionado con los tiempos modernos, y las apenas seis monjas que habitan este espacio han decidido lanzarse a la busca de jóvenes que quieran compartir las instalaciones con ellas.

"Esta casa ha sido nuestra vida desde 1410 y lo único que quiero es que no esté vacía", afirmó sor Inmaculada, una de las hermanas de clausura que se encuentra en el convento. Según afirma el periódico El Mundo, el Consorcio de Toledo apoyará la iniciativa de 'coliving', por la que estudiantes podrán disponer de espacios privados en el edificio, y vivir de forma conjunta con las monjas.

A pesar del interés del mercado hotelero en adquirir este privilegiado complejo, tanto por su composición como su ubicación, las monjas prefieren revitalizar el edificio por su cuenta. Así, otorgarían alternativas a los problemas de acceso al alquiler de los jóvenes, al mismo tiempo que combaten la soledad del grupo religioso y quien sabe si también logran sumar nuevas adeptas a la congregación.

Y es que desde hace tiempo las hermanas abrieron el convento para cualquier mujer que deseara convertirse en una Clarisa, o que al menos quiera darle una oportunidad a la "vida contemplativa" que allí se profesa, antes de decidir si quieren seguir su vida vocacional con ellas. Por otro lado, es posible visitar el templo cristiano todos los sábados, además de habilitarse la celebración de eventos religiosos, culturales o sociales en los espacios del convento, bajo reserva.

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'Coliving', la alternativa que “salva” a un convento de Toledo de convertirse en hotel | Foto: Convento de Santa Clara la Real

Convento de Santa Clara la Real
 

La clausura de las monjas se organiza alrededor de dos patios o claustros típicos de los palacios toledanos de su época. En torno a ellos se articulan las principales estancias conventuales: la iglesia y el coro, la Sala Capitular o la Sala de Profundis. Además, es posible contemplar muestras de arte mudéjar, pinturas, esculturas y orfebrería de gran valor allí albergadas.

Asimismo, el espacio cuenta con una iglesia que conserva las techumbres de madera del siglo XV y una vistosa cúpula elíptica.