La esperanza de que el turismo comenzara a remontar tras el Estado de Alarma, gracias a la reactivación del turismo nacional, se ha visto truncada por los rebrotes, que están teniendo especial incidencia en Cataluña. Y es que las nuevas oleadas de contagios amenazan con retroceder en la desescalada, pudiéndose cumplir el mayor temor de la economía: la vuelta al confinamiento

Tal es así que desde el lobby Exceltur señalaron, en declaraciones al diario El Español, que "no hay elementos para pensar que la situación va a ir a mejor por la volatilidad y los rebrotes". Motivo por el que, desde el sector, solo "se toman en serio las reservas de última hora". Este escenario no ha mejorado las previsiones de la alianza turística, que mantiene que la industria cerrará 2020 con pérdidas de 83.134 millones de euros

El caso de Barcelona

La situación sanitaria es especialmente delicada en Barcelona, que ha registrado rebrotes recientes en el Segrià y L'Hospitalet. Algo que ha provocado "importantes cancelaciones", de acuerdo con el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell. Todo ello, pese a que la ciudad condal se posicionaba a la cabeza de las reservas turísticas internacionales.  

Por el momento, la Generalitat ha endurecido las medidas de contención, para frenar la cadena de contagios, en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Barcelona capital y su área metropolitana; Figueres y Vilafant (Girona); y en las comarcas del Segrià y la Noguera (Lleida). Entre las normas decretadas, figura no salir de casa excepto por motivos esenciales, como es la compra de productos de primera necesidad, el traslado al trabajo o a un centro médico. 

Nuevo varapalo turístico

Lo cierto es que las cifras turísticas de Barcelona llevan años estancadas, pese a ser la ciudad más visitada por los foráneos. Cataluña es la región más frecuentada, también, por los turistas extranjeros. La comunidad recibió el año pasado 19,3 millones de visitantes, lo que supuso un incremento del 0,8% con respecto a 2018, cuando acogió a 19,1 millones, al igual que en 2017. Se cree que la inestabilidad política que ha reinado en la región, debido a la causa independentista, así como los atentados terroristas perpetrados en las ciudades de Barcelona y Cambrils, en 2017, han mermado la llegada de turistas. Ahora, se teme que el COVID-19 cause el mismo efecto.