El emblemático Palacio Trinidad de Madrid podría convertirse en un espacio para la celebración de eventos y congresos. Sin embargo, la ejecución de las reformas que ayudarían a este inmueble a recobrar el pulso están paralizadas.

Según ha publicado ‘El País’, la empresa Pescaderías Coruñesas lo adquirió en 2014 por 6,6 millones de euros tras ser subastado por el Estado. Desde la empresa afirman que quieren rehabilitarlo íntegramente, para “darle un uso, que podría ser para convenciones, eventos, salas de reuniones”.

Sin embargo, en el Ayuntamiento no están de acuerdo con el proyecto porque implica un cambio de uso, para pasarlo de servicios de la administración a equipamiento privado. “No queremos que tenga uso lucrativo”, afirma una portavoz del Área de Desarrollo Urbano Sostenible. Mientras tanto, el edificio continúa deteriorándose.

Los vecinos de la zona donde se alza el palacete denuncian el deterioro del inmueble cuya construcción estuvo a cargo, en 1928, del arquitecto Luis Alemany Soler, el mismo que diseñó el estadio Santiago Bernabéu. Antes de ser subastado, el edificio albergó el Instituto Cervantes y luego fue sede de la patronal CEOE.

“El temor que tenemos es que dejen que se arruine para tirarlo, porque el suelo vale mucho más de lo que pagaron por el edificio”, comenta un vecino. Sin embargo, los propietarios lo niegan: “Nuestro negocio no es la especulación, es la hostelería, es lo que llevamos haciendo cien años. Queremos rehabilitarlo y usarlo”, afirma Diego García, cuya empresa gestiona varios restaurantes en la capital y cuenta con 400 empleados.