El cicloturismo —turismo en bicicleta— es un segmento en auge y cada vez más perseguido por los destinos españoles, que ven en él un nicho de turismo "respetuoso y amante de la naturaleza", así como de alto poder adquisitivo y con capacidad para desestacionalizar. Por ello, una parte significativa de la planta hotelera de Mallorca ha adaptado y preparado sus instalaciones para acoger a este tipo de viajeros y sus equipos. 

Según Última Hora, se estima que cerca de 200 hoteles de la isla están preparados para hospedar a cicloturistas, con instalaciones para almacenar bicicletas, materiales y personal capacitado para el mantenimiento y reparación de estos vehículos, además de áreas dedicadas exclusivamente a este perfil turístico. 

Esta adaptación de la infraestructura hotelera no se da solamente en los establecimientos del interior mallorquín, sino también en los grandes hoteles ubicados en la costa, rompiendo así la exclusividad del estereotipo de hamaca y sombrilla. 

Además, la oferta enfocada en el cicloturista no se limita a la planta alojativa de Mallorca, sino también a otros comercios como algunos cafés dedicados a ciclistas que han surgido en el centro de Palma, que constituyen un atractivo más para este perfil de visitante.