La venta ilegal de bienes y productos en la calle —popularmente conocido como top manta— ha sufrido un duro golpe en la ciudad de Madrid. La disminución del número de transeúntes y turistas, a causa de la pandemia y los confinamientos, unido a un aumento de la presión policial ha expulsado a los vendedores ilegales.

Este fenómeno delictivo generaba numerosas quejas de los comerciantes madrileños, que estimaban una pérdida de 157 millones de euros en ventas.
 


 

Según recoge La Razón, las denuncias por venta ambulante han caído de las 20.129 registradas en 2019 a las 5.770 de 2020 y las 5.884 de los primeros once meses de 2021.

Desde el Ayuntamiento achacan dicha caída a un aumento de la presión policial sobre este fenómeno delictivo al incremento de las acciones policiales, que alcanzaron su pico en 2019 con 21.386 intervenciones. Durante los años de pandemia también se han mantenido con 5.878 (2020) y 5.998 (entre enero y noviembre de 2021).