La nueva normativa sobre el alquiler vacacional aplicada en la ciudad de Palma (Mallorca) ha propiciado que la demanda se aleje de la capital mallorquina para centrarse en los pueblos del interior y de la costa de la isla.

De hecho, según ha informado Última Hora, las reservas de apartamentos vacacionales, efectuadas para septiembre en Palma, han sufrido un descenso del 40%, según datos del portal de alquiler vacacional Wimdu. Sin embargo, este tipo de arrendamiento se ha disparado en los pueblos del interior y de la costa de Mallorca, en zonas como Alcudia, Santa Margalida, Llubí o Llucmajor. En Muro, por ejemplo, este alquiler ha aumentado un 66,9%, con respecto a septiembre de 2017.

Al respecto, el director de marketing de Wimdu, Robert Soyka, alegó: “Muchos turistas son conscientes de la hostilidad en Palma, porque se les acusa de ser responsables de que haya escasez de vivienda. Esta circunstancia ha desplazado la demanda vacacional a otros municipios de Mallorca”, favoreciendo así la emergencia de nuevos destinos.

El presidente de la Federació d’Entitats Locals de les Illes Balears (FELIB), Joan Carles Verd, por su parte, tildó la noticia de positiva y aseguró: “Este trasvase es bienvenido porque reparte la riqueza turística y beneficia a los municipios. Palma es autónomo y los pueblos de la Isla dependemos del Consell, pero queremos beneficiarnos del turismo".